El penúltimo júnior de oro del baloncesto español se retira. Felipe Reyes cierra una maratoniana carrera de 23 temporadas en la élite en las que ha conquistado 24 títulos de clubes y 10 medallas con la selección y ha sido protagonista de la época más exitosa de su deporte. Pilar y emblema de la generación que instaló a España en el podio de Europeos, Mundiales y Juegos, el capitán del Real Madrid concluye la colección de plusmarcas en la que está instalado como el jugador con más partidos en la historia de la liga española (824) y el tercero en la Euroliga (357). Su último partido lo disputó el 29 de abril ante el Efes en la competición continental. Ningún jugador madridista ha resistido su longevidad competitiva hasta los 41 años. Solo el pionero Juan Castellví, que participó en la fundación de la sección en 1931, llegó a vestir de blanco con 39. La misma edad que alcanzaron en el equipo de fútbol el mítico Ferenc Puskas y el guardameta Miguel Ángel. Con 17 temporadas en el club, Felipe superó los 16 cursos que alcanzaron Wayne Brabender y Clifford Luyk, ha igualado las 17 campañas de Juan Antonio Corbalán y Fernando Romay y se queda a solo una de las 18 de Rafael Rullán. En total, 1.046 partidos con el Real Madrid y 1.565 en toda su carrera. El pívot cordobés, de 2,04 metros de altura, se despedirá este jueves de forma oficial en un acto del club.
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Canterano del Ramiro de Maeztu, Felipe Reyes debutó en la ACB el 4 de octubre de 1998, en un TAU-Estudiantes, en mitad de los oros del Europeo sub-18 de Varna y del Mundial sub-19 de Lisboa, las dos medallas que cambiaron el rumbo del baloncesto español. El bronce en los Juegos de Río 2016 fue el último servicio de uno de los eternos júniors de oro. La última de sus 10 medallas con España (con tres oros europeos, en 2009, 2011 y 2015, un oro mundial, en 2006; y dos platas olímpicas en 2008 y 2012, como sus grandes conquistas), solo superadas por las 11 de Pau Gasol, que en Tokio disputará sus quintos Juegos para prolongar la inagotable leyenda de su generación. Aquellos chicos, dirigidos por Charly Sainz de Aja, aunaron talento, anhelo y descaro suficientes como para sacudir la historia del baloncesto español.“En Varna empezó todo. Allí nació un equipo sin miedo y sin complejos, por eso hemos llegado hasta aquí”, explicó Felipe Reyes a EL PAÍS tras su retirada de la selección. Solo Juan Carlos Navarro (253) y Juan Antonio San Epifanio, Epi (239), superan sus 236 internacionalidades.
“Durante estos años hemos recorrido un camino tan grande que hasta nosotros mismos nos sorprendemos. Pero la clave es que nunca hemos dejado de crecer. Hemos ido a cada campeonato con la misma ambición que teníamos con 18 años y gracias a eso hemos llegado tan lejos”, repasó el entonces capitán de la selección. “Tengo la suerte de tener una gran colección de momentos especiales. Nada más llegar, en 2001, debuté con un bronce en el Europeo de Turquía. Estaba con mi hermano [Alfonso], que era el eslabón con la generación anterior, y además nos juntamos allí Juan Carlos [Navarro], Pau [Gasol] y yo. En el Europeo anterior se había conseguido una plata, pero en aquella época aún era difícil conseguir medallas. De todos los recuerdos me quedo con el Mundial de Japón y la medalla de plata olímpica de Pekín. Son inolvidables”, explicó al cerrar su álbum con España, la mitad de su leyenda.
La otra mitad la construyó de blanco. El 9 de agosto de 2004, apenas una semana antes del comienzo de los Juegos de Atenas y con la Copa de 2000 con Estudiantes como único hito de su prometedor currículo, Felipe Reyes se presentó como nuevo jugador del Real Madrid sin imaginar el infinito recorrido de aquel vínculo. “Voy a darlo todo por este club y voy a dejarme la piel en todos los partidos porque no quiero defraudar a nadie. Han hecho un esfuerzo muy grande y no quiero decepcionarles”, recalcó el pívot cordobés, de 24 años entonces, en la sala de prensa del Santiago Bernabéu, acompañado por Lolo Sainz, entonces director deportivo de la sección. Su fichaje parecía un acierto indiscutible, pero resultó ser un jugador de época. Indeleble como el escudo, Reyes ha ganado 23 títulos (7 Ligas, 6 Copas, 6 Supercopas, 2 Euroligas, 1 Uleb y 1 Intercontinental) en 17 temporadas como madridista.
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“Cuando me paro a pensar en el tiempo que llevo jugando al baloncesto y en jugar con más de 40 años en un club tan exigente y tan grande como el Real Madrid siento un orgullo inmenso. Superar a grandísimos jugadores como Luyk o Brabender, que han sido tan importantes, me anima a seguir compitiendo al máximo nivel”, expresó Reyes en los medios del club tras anunciarse su última renovación el verano pasado. “El secreto es amar el baloncesto. Desde que comencé a jugar con 10 años siempre ha sido mi pasión y lo sigue siendo. Estoy muy contento y con ganas de seguir dejándome la piel en cada entrenamiento y en cada partido”, señaló cuando le preguntaron por la fórmula de la eterna juventud.
“Muchos piensan que lo mío es todo cuestión de huevos, pero hay que tener talento. He conocido a jugadores con muchos huevos que nunca han tenido talento para rebotear o para meter las canastas que meto yo”, se defendía por enésima vez en una entrevista con EL PAÍS antes de levantar la Décima en Belgrado en 2018. El rebote es la materialización de la perseverancia en el baloncesto y Felipe Reyes, una oda al tesón: con 4.725 rebotes en la Liga y 1.799 en la Euroliga. El rebote se queda sin dueño.
“Felipe es un jugador que ha marcado una época. Dentro de una generación con muchos superhéroes, supo hacerse un hueco importantísimo en la historia del deporte de este país con dos herramientas que todo el mundo tiene a su disposición, pero pocos han utilizado como él: trabajo y carácter”, explicaba el seleccionador, Sergio Scariolo, en un reportaje de EL PAÍS en el que reflexionaba sobre uno de los pilares de la edad oro del baloncesto español. “Ha sido capaz de llevar su competitividad y su dureza al extremo. Ha aguantado momentos de dolor físico importantes y así ha llegado a los límites a los que un deportista puede llegar”, añadió Scariolo. Se marcha el penúltimo júnior de oro. Pau Gasol aún llevará la bandera de la mejor generación del baloncesto español hasta los Juegos de Tokio. Se retira Felipe Reyes.
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