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“Feliz libertad”: con fuegos artificiales, talibanes celebran un año de la retirada de EEUU


KABUL – Los talibanes iniciaron con el lanzamiento de fuegos artificiales y bailes las celebraciones por el primer aniversario este miércoles de la retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistán y el fin de dos décadas de invasión extranjera.

El último avión militar estadounidense despegó del aeropuerto de Kabul el 30 de agosto de 2021 faltando un minuto para la medianoche, desencadenando esa misma madrugada del ya “día de la liberación” del 31 de agosto festejos por la capital con tiroteos de los talibanes al aire que cruzaban luminosos el cielo nocturno.

Anoche esos disparos fueron sustituidos por fuegos artificiales, que congregaron en las calles a cientos de islamistas y curiosos, que bailaban armados entre vítores mientras ondeaban su bandera blanca inscrita con el Shahada, usado como símbolo del autodenominado Emirato Islámico de los fundamentalistas, ya omnipresente en Afganistán.

Los líderes del gobierno talibán también se reunieron anoche, aunque no sería hasta esta mañana cuando inundaron las redes sociales con mensajes de “feliz libertad” en el primer aniversario de la “independencia del país de la ocupación estadounidense”, como escribió el principal portavoz islamista, Zabihullah Mujahid.

En una día declarado festivo por las autoridades, el nuevo régimen talibán, reedición de aquel que gobernó Afganistán con mano de hierro entre 1996 y 2001, inició la jornada con un desfile militar en la antigua base estadounidense de Bagram.

El Ministerio de Interior afgano había calentado el motor propagandístico con vídeos y fotografías de sus fuerzas especiales, unos combatientes que “están listos y en pie en cualquier situación para proteger un Afganistán independiente bajo el sistema islámico”.

“Protegeremos el sistema islámico, la paz y la unidad nacional que se lograron con grandes sacrificios, con voluntad firme y creencia islámica (…) Confiando en la ayuda de Alá todopoderoso, una fuerza invencible equipada con una fuerte fe”, subrayó.

El gobierno talibán de Afganistán decidió no reabrir las escuelas de secundaria para niñas, renunciando a una promesa previa con una medida que parece calmar a su base conservadora a expensas de alejar más aún a la comunidad internacional.

SEGUNDA CELEBRACIÓN EN UN MES

El gobierno de los islamistas había comenzado ya las celebraciones el pasado 15 de agosto, la fecha en la que hace un año sus combatientes entraron a la ciudad de Kabul para tomar el control del país tras la caída del gobierno respaldado por Estados Unidos.

Los estadounidenses abandonaron Afganistán a última hora del 30 de agosto en Kabul, justo antes de que se cumpliera el límite acordado con los talibanes para terminar la retirada y completar las operaciones de evacuación de todo su personal y colaboradores.

Estados Unidos acordó la retirada completa de sus fuerzas en el histórico acuerdo de Doha firmado en febrero de 2020, bajo la condición, entre otros puntos, de que los talibanes evitaran que Afganistán volviera a convertirse en santuario de terroristas como ocurrió durante su anterior régimen.

El gobierno de los talibanes pidió este miércoles al Congreso de Estados Unidos en una carta abierta que pongan fin a las sanciones y retomen el flujo de ayudas y activos a los bancos afganos para hacer frente a la crisis que vive el país.

La caótica salida que se completó en cuestión de semanas, después de más de 20 años de guerra, dejó a las fuerzas afganas sin su soporte fundamental, lo que degeneró en la caída del país en manos de los talibanes, provincia por provincia, a una velocidad nunca experimentada durante el conflicto.

Cuando los fundamentalistas tomaron el poder, los estadounidenses todavía estaban tratando de evacuar a sus ciudadanos y trabajadores afganos, provocando un movimiento desesperado de personas tratando de huir y los norteamericanos rebasados por la multitud.

El último avión militar estadounidense despegó un minuto antes de la medianoche con un grupo de pasajeros entre los que se encontraba el entonces embajador de EEUU en funciones, Ross Wilson, poniendo fin a veinte años de presencia civil y militar.


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