Ferran Torres pasó este lunes la revisión médica con el Barcelona.
La primera ocasión en la que el Barcelona le preguntó al Manchester City por Ferran Torres (Foios, Valencia; 21 años), a mediados de agosto, la respuesta citizen fue tajante: “Ni hablar, no está en venta”. Resulta que el club inglés no quería hacer caja con él, sino que pretendía hacerlo con otros futbolistas a los que Pep Guardiola ya había cincelado y quizá ya no se adaptaban tanto a sus exigencias. Pero Ferran Torres, que hacía un año y medio había salido del Valencia por 25 millones más 12 en variables, se acogió a una de las cláusulas que tenía en el contrato, pues pidió que en el caso de que le llegara una oferta de un club grande de España le dejaran negociar. “Nuestros jugadores no se van a ir gratis”, resolvió entonces y ante los medios el técnico, sabedor de que el Barça no estaba para tirar cohetes en lo económico. Pero, también atento a las pretensiones del futbolista, le dijo que no debía estar donde no quería porque la carrera de un jugador es demasiado corta. Y si no quería era porque el Barcelona, que este lunes le sometió a revisión médica, le explicó que era su gran apuesta.
Cuando el director deportivo azulgrana, Mateu Alemany, con el que ya tenía buena relación porque coincidieron en el Valencia, viajó a Manchester hace unos meses, se lo dejó bien claro. “Serás uno de los jugadores franquicia del club”, le soltó al tiempo que le aclaró que harían todo lo posible por ficharle porque el proyecto giraría entorno a él. Lo mismo le dijo Xavi en una conversación telefónica que acabó por entusiasmarle. Condición que Guardiola no le pudo garantizar a corto plazo porque allí se acumulan las estrellas (De Bruyne, Sterling, Mahrez, Bernardo Silva…); reto que apasionó a Ferran, pues siempre fue un chico ambicioso. Así lo aclaró nada más llegar a Manchester: “Trabajaré duro para ser titular”. Declaraciones, sin embargo, que no sorprendieron a los que le conocían. Como a Voro, extécnico del Valencia que tuvo varias conversaciones con el jugador porque quería estar en el once. “No se conformaba, aunque era muy receptivo y aceptaba los argumentos”, cuenta el técnico; “pero se veía que iba a ser un jugador importante en el futuro”. Lo mismo opina Curro Torres, que le dirigió en el filial: “Con 16 años ya alucinábamos con su físico, iba muy adelantado. También tenía muchísima hambre, pero era tan humilde como trabajador”. Algo que aprueba Miguel Grau, que también le llevó en el Valencia B y ahora entrenador del Inter Turku finlandés: “Siempre ha hecho un fútbol de otra categoría. Eso es porque tenía muchísima ambición y también las condiciones”.
Cosa que le quedó clara después de jugar ante el Elche en el Martínez Valero. “Me vino Edu Albacar, el lateral al que se midió y me dijo: ‘A este no se le puede sujetar, no se le puede defender’. Pero es que así es Ferran, que siempre le dio igual a quien tuviera delante”.
Ese carácter lo aprendió de Cristiano Ronaldo, de quien se ponía vídeos de Youtube para practicar. Siempre le gustó su profesionalidad. “Desde pequeño se cuidaba mucho y se preocupaba por la alimentación y la preparación física”, revela Santi Denia, que lo dirigió en las categorías inferiores de la selección. Algo que ha mantenido en el tiempo porque en Manchester tenía un nutricionista, un cocinero [el mismo que Guardiola] y un preparador físico adicional con el que trabajaba en el gimnasio que se hizo en casa. También lo tenía en Valencia y durante el confinamiento por la pandemia se machacó de tal manera que ganó cuatro kilos de masa muscular para poder competir contra los mejores.
Extremo y delantero
Formado en el Valencia desde los seis años —fue él quien se presentó para pasar las pruebas y lo logró—, evolucionó hasta llegar al primer equipo de la mano de Marcelino, siempre preocupado en mejorar. “Es de los que te pregunta, de los que se interesa por las situaciones tácticas”, señala Denia. “Siempre escuchaba y luego veías que lo asimilaba y cumplía lo que le pedías”, añade Curro Torres. “Por eso ha sido capaz de adaptarse a todas las posiciones de ataque, por más que en el Valencia siempre jugó de extremo por su desborde y velocidad”, remata Voro.
Versatilidad que potenció Guardiola cuando se quedó durante un tiempo sin Gabriel Jesús y el Kun Agüero y que también exprimió Luis Enrique en la selección, hasta el punto de que hasta hizo un triplete frente a Alemania el año pasado. “Vino como extremo, pero quizás debería plantearse jugar como delantero centro. Tiene intuición para saber exactamente dónde irá la pelota”, expuso el técnico del City. Y esa polivalencia y capacidad de jugar en el frente de ataque, además de su idilio con el gol —16 tantos y cinco asistencias en 43 partidos con el City— es lo que ha convencido también a Xavi para considerar que juegue de falso nueve cuando regrese Fati y a la espera de que Dembélé se asiente en la derecha, ahora que esperan prologar su contrato antes de acabar el año.
Dos días antes de Nochebuena, a Ferran le llegó la llamada de que se cerraba la operación con el Barça. Sonrió aliviado porque estaba decidido a firmar y porque al no jugar por una lesión (rotura en el pie derecho que se hizo en la semifinal de la Liga de las Naciones ante Italia), tenía demasiado tiempo para pensar. Comienza su etapa azulgrana. “Tiene uno contra uno con desborde, fútbol asociativo, velocidad… Es el perfil ideal para el Barcelona”, apunta Denia. “Encajará a la perfección porque el City y en la selección hacen un fútbol similar”, subraya Grau. “Es que encajaría en casi todos los equipos por sus capacidades y por su inteligencia”, se suma Voro. “Tiene mucha personalidad”, apostilla Curro Torres.
El Real Madrid lo intentó fichar cuatro veces y los azulgrana, una
Después de que Ferran Torres triunfara con España en el Europeo sub-17 de hace cuatro años (campeones) y en el Mundial (subcampeones), el Barcelona intentó ficharle. Bakero, entonces jefe de la cantera, lo quería, pero el secretario técnico Robert Fernández descartó la operación porque costaba ocho millones. Meses más tarde, el Valencia lo hizo del primer equipo y aumentó la cláusula a 25 millones. Precio que echó para atrás al Madrid, que también lo quiso por esas fechas. Sucede, sin embargo, que en otras tres ocasiones el club blanco se quedó con las ganas de ficharlo.
La primera ocasión fue cuando Ferran era alevín en un Valencia que destacó en la Liga Promises porque en esa época el Barça fichó a su compañero Abel Ruiz (traspasado al Braga el año pasado) y el Madrid se hizo con Víctor Chust, que ahora lo tiene cedido en el Cádiz. También quiso a Torres, pero la familia se negó porque consideraba que todavía era demasiado niño. Así que lo intento tres años más tarde, en su primer año de cadete. El jugador incluso visitó las instalaciones de Valdebebas, confiado en que se haría la operación. Pero desde el club blanco le dijeron que le veían más como lateral que de extremo y el disgusto de Ferran hizo que tirara él mismo la operación para atrás porque siempre tuvo claro que él quería marcar goles y no evitarlos.
La última vez que lo intentó el Madrid fue en 2019, antes de que se fuera al City. Pero el club blanco intentó convencerle para que fichara cuando se quedara libre de contrato —cosa que no convencía al jugador porque siempre quiso al Valencia— y el Manchester de Guardiola apareció con dinero contante y sonante. Así que le ganó la partida al Madrid, también al Bayern y a la Juve, que estaban interesados.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.