MERCED, California.- En el laboratorio de la profesora Katrina Hoyer se trabaja para dilucidar comportamientos del hongo que causa la enfermedad fiebre del Valle. Se trata de una condición poco explorada en el mundo de la ciencia, por lo que dos estudiantes de origen hispano se empeñan en descubrir las interacciones inmunitarias del hongo en el organismo, para ayudar a la comunidad afectada.
Su contagio es tan fácil como el respirar, pero el diagnóstico de la fiebre del Valle presenta dificultades para los profesionales de la salud, puesto que nueve de cada diez personas son erróneamente diagnosticadas. De acuerdo a cifras del Centro de Control y Prevención de Engermedades (CDC), anualmente se reportan en promedio 20 mil casos de fiebre del Valle, 200 de los cuales son mortales.
Susana Tejeda-Garibay y Nadia Miranda, ambas estudiantes que cursan tercer año de su posgrado, coinciden que entre el 60 y 80% de los pacientes son primeramente diagnosticados como si fuera una neumonía bacteriana.
De acuerdo al CDC, el número real de casos podría ser aún mayor puesto que casi el 50% de ellos no presenta ningún síntoma y si es que los hay, son fácilmente confundidos con una gripe, una neumonía o incluso una meningitits.
E incluso ha sido confundido con diagnósticos de COVID-19, debido a la similitud de algunos síntomas como la dificultad al respirar y el dolor de pecho. “Ambas son infecciones pulmonares”, explica Susana, una de las estudiantes.
“Por lo general, la fiebre del Valle se diagnostica mediante un análisis de sangre, pero la prueba de laboratorio para COVID-19 utiliza una muestra respiratoria de la nariz o de la garganta”,señala el sitio de los CDC.
¿QUÉ ES LA FIEBRE DEL VALLE?
La coccidioidomicosis o cocci (pronunciado “coxy”), es el hongo que causa la Fiebre del Valle, dice Katrina Hoye; y agrega que este crece en suelos secos y sin alteraciones. La fiebre del Valle es endémica en el suroeste del país, por lo que en California y Arizona, los casos van en constante aumento.
“Cualquiera que pase tiempo afuera en regiones endémicas”, se encuentra en alto riesgo de contrar el hongo, advierte la investigadora. En este sentido, aquellas áreas y trabajadores más expuestos son: campesinos, jardineros, obreros, trabajadores de la ciudad, entre otros que laboran en campos y sitios eriazos.
A menudo, a los pacientes se les recetan varias rondas de antibióticos antes de que se les diagnostique correctamente, comenta una de las estudiantes que lidera el estudio. Pero para entonces, su microbiota natural se habrá agotado, lo que podría hacerlos más susceptibles a la infección.
“Creo que examinar las interacciones microbianas es clave para comprender el resultado en cada paciente”, dijo Susana Tejeda-Garibay. Y esto es precisamente lo que están desarrollando las muchchas. Su compañera, Nadia Miranda, busca comprender mejor los mecanismos de regulación inmunitaria que controlan la gravedad de la enfermedad.
Susana que creció en el Valle de San Joaquín comprende los riesgos que enfrentan sus parientes que aún trabajan en el “field”. Para ella, es muy importante este estudio ya que sabe que “podrá ayudar de alguna forma a sus familiares”.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
La aparición de los síntomas es variable, y dependerá de la respuesta que tiene el paciente a la infección causada por el ‘cocci’. Estos pueden presentarse por sólo algunas semanas, pero si estos persisten entonces la enfermedad puede volverse crónica.
Los síntomas de la fiebre del Valle pueden aparecer entre 1 y 3 semanas después de que la persona inhala las esporas del hongo.
- Fatiga (cansancio)
- Tos
- Fiebre
- Falta de aire
- Dolor de cabeza
- Sudores nocturnos
- Dolores musculares o dolor en las articulaciones
- Erupción en la parte superior del cuerpo o en las piernas
“Sabemos poco sobre los mecanismos específicos de las células inmunitarias y cómo pueden ayudar en la eliminación o la persistencia de la infección. Estoy emocionada de profundizar en las interacciones de célula a célula”, acota Miranda.
El aporte de la ciencia a la práctica médica es crucial para avanzar en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, cuyos casos en California han aumentado en un 10% durante los últimos años, de acuerdo a datos del Departamento de Salud estatal.
Este hongo puede viajar en el viento hasta 75 millas de distancia, y el tercer año de sequía extrema que enfrenta el estado dorado amenaza con expandir esta enfermedad. La profesora de UC Merced, Katrina Hoyer afirma que el lugar donde crece el hongo está creciendo debido al cambio climático.
Pueden haber otras razones, aclara Hoyer, como por ejemplo, el aumento de la población en el Valle Central, o el cambio de suelo donde crece el hongo. Pero sí veremos más casos en el futuro, como ha sido la tendencia de la reciente década. “Cualquiera que esté en el exterior en una zona de la región endémica va a estar en un alto riesgo”, expresó Katrina Hoyer en entrevista.
Mientras tanto la medicina y la ciencia avanzan en la investigación de esta enfermedad, Susana Tejeda-Garibay recomienda que para aquellos que están expuestos, como trabajadores de la construcción, del campo, y/o rescatistas usen siempre una mascarilla N-95 para protgerse de respirar polvo. ” El hongo vive en la tierra”, precisamente en los suelos del Valle San Joaquín.
La estudiante agregó que ha sido muy gratificante y motivador participar de este estudio, ya que “he sido residente toda mi vida del Valle Central”.
Para aquellos diagnosticados, o aún buscando respuestas por síntomas respiratorios que no se van, el insituto Valley Fever de Kern Medical ofrece recursos e información para quienes recién se enteran de qué se trata esta enfermedad y el hongo causante.
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