Filipinas amenaza con la cárcel a las personas que no quieran vacunarse contra la COVID

El ritmo de vacunación en todo el mundo es desigual. Mientras que en países europeos o Estados Unidos, la población ya comienza a ver la luz al final del túnel de la pandemia, en muchas zonas del mundo la vacunación contra la COVID está siendo un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades y los gobiernos.

Uno de los países que más oposición está encontrando en su ciudadanía para ser inoculada con la vacuna es Filipinas. Razones no les faltan. En 2016, el gobierno filipino promovió una vacunación masiva para niños con la idea de prevenir el dengue. Meses después se supo que podría tener efectos muy adversos para la población infantil.

Los filipinos actualmente no tienen demasiada confianza en las vacunas COVID por lo que solo se han administrado 8,41 millones de dosis, y solo 2,1 con la doble pauta (5,71%) de los más de 110 millones de habitantes que tiene el país.

Si la situación persiste en el país, el presidente ha informado que no dejará que los ciudadanos sigan en peligro por no querer vacunarse y ha amenazado con tomar medidas drásticas al respecto.

Amenaza del presidente

Respecto a este tema, el presidente Rodrigo Durerte ha amenazado a su población con tomar una drástica decisión para llegar a los 70 millones de vacunados que pretende el gobierno filipino a finales de año.

Durerte se mostró muy crítico con aquellos ciudadanos que no se quieren vacunar y expresó que tomaría medias drásticas para que se vacunara todo el mundo. «Si no quiere vacunarse, haré que lo arresten y luego le aplicaré la vacuna en las nalgas» expresó en los medios locales el presidente, que acusa a los que no quieran vacunarse de la COVID como «portadores» y por tanto posibles contagiadores de la enfermedad.

«Vacúnate o te encerraré en una celda» añadió posteriormente Durerte que apunta a que no parará hasta lograr la vacunación masiva del país.

En este sentido, Rodrigo Durerte, que ya ha protagonizado otras polémicas en ocasiones pasadas, asegura que buscará todos los resquicios legales para obligar a la población a ponerse la vacuna. El presidente insistió en que estas medidas que aprobarán próximamente «entrarán dentro de la legalidad», pero que se harán rápidamente.

Filipinas se encuentra en estos momentos sufriendo un importante repunte de casos a lo que apunta podría ser una nueva ola en el país que ya ha contabilizado 23.600 muertos y 1,36 contagios por coronavirus.


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