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Finlandia apoya el ingreso en la OTAN “cuanto antes” pese a las amenazas de Putin

Finlandia apoya el ingreso en la OTAN “cuanto antes” pese a las amenazas de Putin

El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y la primera ministra del país nórdico, Sanna Marin, han emitido este jueves un comunicado conjunto en el que instan a solicitar el ingreso en la Alianza Atlántica. “Finlandia debe pedir su adhesión a la OTAN cuanto antes”, reza el comunicado. El lunes dará comienzo en el Parlamento finlandés el debate sobre este asunto; la mayoría de las formaciones ya han anunciado públicamente que se mostrarán a favor, incluso algunos miembros de la Liga Verde, no favorable hasta ahora al ingreso. El Comité de Defensa del Parlamento recomendó esta semana la integración en el bloque militar, al considerarlo la mejor opción para garantizar la seguridad nacional. La posición del presidente Niinistö, del partido liberal Coalición Nacional, tiene una importancia decisiva, ya que en Finlandia el jefe del Estado dirige la política exterior del país en cooperación con el Gobierno. El sábado está previsto que el Partido Socialdemócrata finlandés de la primera ministra —cuya posición tradicional ha sido contraria al ingreso en la Alianza— anuncie su postura definitiva.

“Confiamos en que en los próximos días se den los pasos necesarios a nivel nacional para que pueda formalizarse el proceso”, reza el comunicado difundido este jueves por Niinistö y Marin. “Ser miembro de la OTAN reforzaría la seguridad de Finlandia. Como miembro de la OTAN, Finlandia reforzaría también a la Alianza en su conjunto. Finlandia debe ser candidata a la adhesión sin demora”, añade el texto.

Una vez que el Parlamento finlandés exprese su interés en formar parte de la OTAN, será esta la que tenga que dar los siguientes pasos. Según al artículo 10 del Tratado del Atlántico Norte, el país aspirante debe ser invitado por la organización militar para que se inicie el diálogo de adhesión. Esa invitación, que podría llegar a finales de junio en la cumbre de la Alianza, debe ser cursada por consenso de todos los miembros una vez que el país candidato haya manifestado su intención de iniciar los trámites para el ingreso. Fuentes consultadas por Reuters señalan que el proceso de ratificación podría durar en torno a un año, y que durante ese periodo se podría reforzar la presencia militar de la OTAN en el Báltico y el norte de Europa.

Advertencias de Moscú

Las advertencias de Rusia a Finlandia (5,5 millones de habitantes) para que no solicite ese ingreso han surtido el efecto contrario. El 25 de febrero, solo un día después del inicio de la invasión de Ucrania, María Zajárova, la portavoz de Exteriores del Kremlin, amenazó a Helsinki y a Estocolmo con “graves consecuencias políticas y militares” si decidían integrarse en la Alianza. Desde entonces, los avisos intimidatorios han sido constantes. Una encuesta difundida el lunes por la radiotelevisión pública del país nórdico señala que el 76% de los ciudadanos se muestra a favor de la integración en la Alianza Atlántica, y solo un 12% rechaza el ingreso en el bloque militar. A finales del año pasado, menos del 20% de los finlandeses era partidario de solicitar el ingreso en la OTAN.

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El cambio radical en la opinión pública también se ha visto reflejado en la clase política del país. En una entrevista con este diario a finales de enero, hace poco más de 100 días, la socialdemócrata Marin —que está al frente de una coalición de cinco partidos— destacó que la adhesión a la Alianza no era una posibilidad que se contemplara a corto plazo.

El ingreso de Finlandia en la organización pondría fin definitivamente a la política de neutralidad que ha imperado en el país nórdico desde el inicio de la Guerra Fría. Tras luchar en dos guerras contra la Unión Soviética, —tras las que Finlandia tuvo que renunciar a parte de su territorio—, durante la II Guerra Mundial, Moscú forzó a Helsinki a firmar un acuerdo de cooperación que en la práctica supuso que los políticos finlandeses estuvieron controlados y condicionados por el país vecino durante décadas. Tras la disolución de la URSS, el pacto expiró en 1992 y tres años más tarde Finlandia —junto con Suecia y Austria— ingresó en la UE. Helsinki considera que la neutralidad política terminó con el ingreso en el club comunitario. Y más si cabe desde 2009, cuando entró en vigor el Tratado de Lisboa que introdujo la cláusula de defensa mutua (artículo 42.7). Finlandia ha reiterado estos años que no era un país neutral, sino “no alineado militarmente”.

El ingreso de Finlandia en la OTAN implicaría que la frontera entre los aliados y Rusia pasaría a ser más del doble de larga que actualmente; los 1.360 kilómetros de frontera que comparte el país nórdico con Rusia se sumarían a los algo más de 1.200 que tienen ahora Polonia, Noruega, Estonia, Letonia y Lituania.

El temor a una agresión de Rusia —de la que se independizó Finlandia en 1917— nunca se disipó del todo en el país nórdico. Prueba de ello es que casi un millón de finlandeses son reservistas, o la amplia red de instalaciones diseñadas para ser convertidas en refugios antiaéreos. El ejército finlandés cuenta con una potente fuerza aérea —acordó en diciembre la compra a Estados Unidos de 64 unidades del caza más moderno del mundo (el F-35)— y su capacidad militar es superior a la de la vecina Suecia, que tras el fin de la Guerra Fría emprendió un proceso de paulatina desmilitarización que se frenó tras la anexión rusa de Crimea, en 2014.

Soldados finlandeses participaban en unas maniobras militares, el 4 de mayo en Niinsalo.ALESSANDRO RAMPAZZO (AFP)

El primer paso dado este jueves por Finlandia mete más presión a Suecia, donde se acelera el debate para alcanzar cuanto antes una posición firme sobre el ingreso en la Alianza. En el país escandinavo también ha habido un profundo cambio en la opinión pública provocado por la agresión de Vladímir Putin contra Ucrania, pero no tan vertiginoso: una encuesta de abril refleja que el 57% de los ciudadanos se muestra a favor de la adhesión, frente al poco más del 25% que lo apoyaba a finales del año pasado. El Partido Socialdemócrata sueco también anunciará su posición el próximo domingo, tras décadas en las que ha rechazado de plano la opción de integrarse en la organización transatlántica. El martes está previsto que el presidente Niinistö viaje a Estocolmo. Suecia y Finlandia son los dos únicos países nórdicos que aún no forman parte de la Alianza.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha reiterado durante los últimos meses que tanto Finlandia como Suecia tienen garantizado su ingreso en caso de que así lo decidan. La Alianza podría invitar formalmente a ambos países en la próxima cumbre que se celebrará en Madrid, el 29 y 30 de junio. Aun así, la adhesión tendría que ser ratificada por los Parlamentos de los 30 países miembros. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha reaccionado al comunicado de Niinistö y Marin con un tuit en el que asegura que Dinamarca “hará todo lo posible para que el proceso de adhesión de Finlandia sea lo más rápido posible”.

El primer ministro británico, Boris Johnson, viajó el miércoles a Estocolmo y a Helsinki para firmar acuerdos de garantías de seguridad mutuas, tratando así de disipar las dudas que puedan surgir en Suecia y en Finlandia en torno a una situación de vulnerabilidad en la que se encontraría durante los meses que durara el proceso de ratificación. Estados Unidos también ha señalado que en caso de que los dos países nórdicos soliciten el ingreso, habrá que adoptar medidas preventivas que garanticen su seguridad hasta que la adhesión se haga efectiva. Durante la rueda de prensa que Niinistö y Johnson ofrecieron el miércoles en Helsinki, se le preguntó al presidente finlandés —uno de los líderes europeos que más contacto ha tenido en los últimos años con el presidente ruso— si el ingreso de Finlandia en la OTAN podría ser considerado por Moscú como una provocación. “Tú [Putin] eres quien ha provocado todo esto. Mírate en el espejo”, sentenció.

La relación entre Finlandia y la OTAN ya se había estrechado notablemente en el último decenio, especialmente tras la anexión de Crimea. Desde entonces, representantes finlandeses han acudido frecuentemente a las cumbres de la Alianza y soldados de las Fuerzas Armadas de Finlandia han participado en maniobras militares organizadas por el bloque transatlántico.

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