Ahora que Amazon ha cancelado la serie que había anunciado que rodaría sobre Amancio Ortega, quizá le interese otra: la de una costurera adolescente, de familia humilde, que empezó a trabajar en los años setenta en un pequeño taller de A Coruña y terminó enamorándose del propietario del taller, un antiguo vendedor de batas que levantó junto a un puñado de trabajadores, entre ellos su mujer, un imperio llamado Zara. Su nombre es Flora Pérez Marcote y hace unas semanas se presentó en público en Vigo, rodeada de cámaras, para hacer entrega de una escuela infantil, la novena en Galicia, promovida por la Fundación Amancio Ortega. No hizo declaraciones, que dejó al muy mediático alcalde Abel Caballero, pero sí pudo ser fotografiada y grabada. La primera dama de Inditex no frecuenta los medios —la última vez había sido en 2016 en Sevilla cuando junto a su hija Marta donó material para la lucha contra el cáncer—. El acto en Galicia fue noticia nacional; al fin y al cabo, Flora Pérez Marcote es la mujer en la sombra del hombre que aspiraba a ser sombra, Amancio Ortega, que solo accedió a difundir su imagen cuando su empresa salió a Bolsa en 2001, un año antes de casarse con ella. Ortega cumple este domingo 85 años y casi media vida con su segunda esposa en una relación discreta y blindada, tan a salvo de curiosos que, como la carta del relato de Edgar Allan Poe colocada a la vista de todos para que nadie la encontrase, los dos desayunan, pasean y hacen vida normal en el barrio de O Parrote, en A Coruña.
Aficionada a películas y series, una de las cuestiones capitales referidas a Flora Pérez que desliza su entorno es que le cuesta dejar de hacer labores del hogar. Creció y vivió haciéndolas. “No es pose, le sale. Si ve algo desordenado, lo ordena; si ve algo sucio, lo limpia; si ve algo deshecho, lo hace. Pero, fillo, es que a muchas mujeres nos meten eso en el cuerpo cuando somos niñas y no te lo sacas de encima ni millonaria”, dice una extrabajadora de Inditex que trató hace años a la esposa de Ortega.
La vida de Flora Pérez Marcote dio un vuelco a principios de los años ochenta, cuando trabajaba en el área de corte del polígono de Sabón (Arteixo). Amancio Ortega y Rosalía Mera, su esposa entonces, habían tenido ya dos hijos, Sandra y Marcos, que nació con una grave parálisis cerebral. Llegaron los días que Mera sobrellevaba estudiando la enfermedad y promoviendo acciones solidarias (que desembocarían en la creación de la Fundación Paideia) mientras Ortega pasaba jornadas enteras en la empresa. Allí se enamoró de Flora Pérez. Cuenta Xabier Blanco en su libro Amancio Ortega: de cero a Zara (La esfera) que fue la hermana del empresario, Josefa Ortega, la primera que se dio cuenta porque, dijo, conoce cada gesto de su hermano, y cuando él hablaba con aquella empleada sabía que estaba ocurriendo algo. Flora Pérez fue ascendida y al mismo tiempo alejada de A Coruña como encargada de un Zara de Vigo, pero Ortega siguió visitándola allí. En 1984 tuvieron una hija, Marta.
Flora Pérez y Amancio Ortega oficializaron su relación después de que Mera y Ortega oficializaran su divorcio. Empezaron entonces 35 años de amor ajeno a indiscreciones y alérgico a fotografías. En Flora Pérez, una histórica de Inditex (dejó de trabajar en talleres a finales de los noventa), Ortega ha encontrado a alguien con la que mantener el espíritu genuino que le llevó, ya multimillonario, a reconocerle a un directivo: “En la vida hay que desear progresar. Hoy mismo le dije a Flora: ‘Quién nos iba a decir que acabaríamos viviendo en O Parrote”, en referencia a una casa estupenda en un hermoso barrio de A Coruña con vistas, la colmada ambición del que aquel año era el tercer hombre más rico del mundo. Ella es la primera persona a la que llama cuando regresa de algún viaje al extranjero, como le contó a Covadonga O’Shea (Así es Amancio Ortega, el hombre que creó Zara, La Esfera) y con ella, apasionada del diseño por herencia de su madre —le hacía vestidos a su hija de pequeña—, consensúa muchas de las decisiones que afectan a Zara: “Le he comentado que no quiero que en nuestras tiendas haya ningún tipo de lujo; lo nuestro es la mujer real, el público real, no los sueños”. Flora Pérez fue una de las personas que, según le cuenta Ortega a O’Shea, atendió los últimos días a la madre del empresario, Josefa, fallecida a los 94 años, y la mujer a la que ella le preguntó un día si era feliz con su “Choliño”, como llamaba a su hijo Amancio: Cholo o Choliño.
La mujer real, el público real, no los sueños, han convertido la vida de Flora Pérez Marcote, una mujer real, precisamente en un sueño en el que caben todos los lujos posibles, aunque el matrimonio presume de disfrutar solo de los que garantizan su privacidad, como yate y avión privado. Los Pérez Marcote tienen una presencia importante en Inditex; Óscar y Jorge, hermanos de Flora, son directivos como lo fue Carlos Mato, casado con María Luisa Pérez Marcote. Flora Pérez, por su parte, es vicepresidenta de la Fundación Amancio Ortega y representante de Pontegadea Inversiones, sociedad holding del grupo Pontegadea (en el que se integra tanto la participación del 59,29% en Inditex como el resto de la actividad empresarial de la familia Ortega, principalmente en el sector inmobiliario). El consejo de administración de Pontegadea lo completan Amancio Ortega (presidente), José Arnau (vicepresidente segundo ejecutivo y también vicepresidente de Inditex) y Roberto Cibeira (consejero delegado del grupo Pontegadea). Hace cuatro años, Flora Pérez añadió a los 2.290 títulos de la firma obtenidos tras el reparto de Inditex a sus empleados por la salida a Bolsa, más de 80.000 por valor de casi dos millones de euros.
Amazon anunció a bombo y platillo en octubre de 2020 que haría una serie basada en el libro que escribió Covadonga O’Shea sobre Ortega; ¿una gran plataforma llevando a la pantalla la vida de un hombre tan persuasivo y celoso de su intimidad, tan discreto y tan rico para poder serlo? El proyecto se ha cancelado sin que se conozcan las causas. Flora Pérez Marcote, la mujer real, no tendrá de momento intérprete en la ficción.
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