Este miércoles, el congreso local de Florida, Estados Unidos, aprobó una ley que prohíbe a las personas de la comunidad trans utilizar los baños que corresponden con su identidad de género. Así, utilizar el “baño incorrecto” podrá ser castigado como delito de allanamiento. Esta medida se suma a una ola de por lo menos otras cuatro leyes anti-LGBTIQ+ aprobadas recientemente en la entidad.
La Ley de la Cámara (House Bill) 1521 aplica para escuelas, edificios gubernamentales, prisiones y centros de detención. Antes de ser modificada, la iniciativa extendía la prohibición a restaurantes, estaciones de gas y otros negocios privados.
La organización Human Rights Watch aseguró que la ley es “parte de un intento pernicioso, degradante y sistemático de deshumanizar a una de nuestras comunidades más marginadas”.
Actualmente, la ley aprobada se encuentra en espera de que el gobernador de Florida, el republicano ultra-conservador Ron DeSantis, la firme para entrar en vigor. Este tipo de legislaciones restrictivas han sido aprobadas en otras entidades de Estados Unidos como Kansas y Arkansas.
Sobre las “Leyes de Baño” de la Unión Americana, el académico en Ciencias Políticas Zein Murib explica: “El reciente aumento de las ‘Leyes de Baño’ presentadas en varios estados y localidades hace que las oportunidades para que las personas transgénero y no conformes con el género habiten de manera segura y exitosa los espacios públicos sean imposibles“.
Murib explica en su ensayo “Administrando la Biología: Cómo los ‘Bathroom Bills’ criminalizan y estigmatizan a las personas transgénero y no conformes con el género en el espacio público” que las penas creadas por las Leyes de Baños crean un ambiente de hostilidad contra la comunidad trans, así como nuevas formas de discriminación y prejuicios, al promover una “inspección visual” de los otros en los espacios públicos.
“La pregunta de cómo un niño determinaría si efectivamente ‘se encuentra con una persona del sexo biológico opuesto’ ilustra la intención discriminatoria oculta en la apelación a la biología, ya que se basa en que un niño vigile y haga suposiciones sobre aquellos con los que se encuentra en espacios separados por sexo solo con base en su apariencia”, señala Murib.
Por otro lado, un sondeo llevado a cabo en 2013 por el Williams Institute arrojó que el 70% de las personas trans ha sido discriminado al utilizar baños, ya sea con miradas lascivas, burlas, siendo expulsados del sanitario o simplemente no permitiéndoles usar las instalaciones.
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En 2016, la encuesta más grande aplicada a la comunidad trans en Estados Unidos mostró que más de la mitad de las personas cuya identidad de género no corresponde con el sexo asignado al nacer se abstiene de utilizar baños afuera de su casa por miedo a ser confrontados y/o discriminados.
Estas violencias, afirman expertos como Murib, solo se acrecentarán con las leyes anti-trans aprobadas por los congresos locales de Estados Unidos, por ejemplo, con la prohibición de utilizar el baño correspondiente a la identidad de género.
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