La revista France
Football ha anunciado hoy que el Balón de Oro no se entregará a finales de 2020 por primera vez desde su creación en 1956 debido a las circunstancias excepcionales que rodean al mundo del fútbol por la pandemia del coronavirus. Leo Messi, líder del palmarés con seis galardones por delante de Cristiano Ronaldo con cinco, y Megan Rapinoe no tendrán, pues, sucesor este año y deberán esperar a 2021 para ver si alguien les destrona. Hace unos meses la FIFA canceló también el The Best, que debía ser entregado en septiembre.
France Football ha detallado algunas de las razones de la decisión.
• Porque un año tan único no puede, y no debe, ser tratado como un año ordinario. En caso de duda, es mejor abstenerse que persistir.
• Porque el Balón de Oro transmite valores, como la ejemplaridad, la solidaridad y la responsabilidad, además de la excelencia deportiva por sí sola.
• Debido a que la equidad que prevalece para este título honorario no se pudo preservar, en particular a nivel estadístico y también en la preparación, ya que todos los aspirantes al premio no podían ser tratados de la misma forma y algunos vieron cómo su temporada se redujo radicalmente y otros no. Entonces, ¿cómo podemos comparar lo incomparable?
• Debido a que no queríamos colocar en la lista de premios un asterisco indeleble del estilo “trofeo ganado en circunstancias excepcionales debido a la crisis de salud de Covid-19”. Siempre preferiremos un esguince pequeño (a nuestra historia) a una cicatriz grande. Esta es la primera vez desde 1956 que el Balón de Oro se ha tomado un descanso. El paréntesis no nos encanta, pero nos parece el más responsable y lógico. Proteger la credibilidad y la legitimidad de tal premio también significa garantizar que sea irreprochable con el tiempo.
Debido a que solo dos meses (enero y febrero), de los once generalmente requeridos para formarse una opinión y decidir entre los mejores, es demasiado poco para evaluar y juzgar, dado que los otros partidos tuvieron lugar – o tendrá lugar – después en otras condiciones y formatos (a puerta cerrada, cinco sustituciones, Final a 8 en Champions y Europa League en un solo partido) demasiado lejos del panorama habitual. No podemos confiar en las temporadas paralizadas, con tantas modificaciones especiales, para elegir lo mejor. ¿Lo mejor de qué, por cierto? No sería digno de nuestra historia.
• Debido a que nuestros unos 220 jurados (hombres y mujeres por igual) repartidos por todo el mundo, algunos pueden haberse distraído o desviado de su misión de observación debido a otras prioridades y emergencias que manejar.
• Porque la historia del Balón de Oro es demasiado valiosa para correr el riesgo de dañarla con un ejercicio tambaleante. En estos tiempos agitados, tomar un descanso es un lujo y una necesidad inestimable. Para que el fútbol, en su conjunto, recupere ímpetu e ímpetu, pasión y emoción.