En la crisis del coronavirus, los gigantes digitales mantienen sus negocios en marcha y, sin embargo, son los menos gravados, dice el ministro de Finanzas de Francia.
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, retomó el lunes el llamado en favor de un impuesto europeo sobre las empresas digitales, ya que la crisis del coronavirus hace que tal gravamen sea más pertinente que nunca.
Cerca de 140 países negocian la primera gran reestructuración de las normas fiscales internacionales en más de una generación, a fin de dar una respuesta más adecuada al auge de las grandes empresas tecnológicas que a menudo declaran sus beneficios en países con regímenes fiscales menos exigentes.
Sin embargo, las consecuencias del brote de coronavirus han hecho que los ministerios de finanzas de los distintos Estados se centren más en salvar sus economías que en la revisión de unas normas fiscales anticuadas, por lo que el plazo de finales de año para concluir las negociaciones parece cada vez más inalcanzable.
Le Maire dijo con anterioridad a la presente crisis que, de fracasar las conversaciones organizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París, la Unión Europea debería crear su propio impuesto digital.
“Esta crisis demuestra que los que mejor se las arreglan son los gigantes digitales, simplemente porque son capaces de mantener sus negocios en marcha. Y, sin embargo, son los menos gravados”, dijo Le Maire en un evento de Linkedin Live.
“Mi propuesta de un impuesto digital es más relevante que nunca y espero que nuestros socios europeos reconozcan la absoluta necesidad de aumentar los impuestos de los gigantes digitales”, dijo.
Los intentos anteriores de crear un impuesto digital en toda la Unión Europea han fracasado ante la oposición de Irlanda, donde muchas grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos registran sus beneficios, junto a la de algunos países nórdicos.
Ante este estancamiento, algunos países europeos, empezando por Francia, han seguido adelante con sus propios impuestos nacionales sobre las empresas digitales.
El impuesto francés dio lugar a una amenaza de tomar represalias arancelarias por parte de Estados Unidos, que han quedado en suspenso para dar tiempo a que se llegue a un acuerdo este año en la OCDE.
(Rts)