Francia tendrá su Black Friday, pero con una semana de retraso, el 4 de diciembre. Ese es el compromiso al que han llegado este viernes Gobierno y comerciantes, incluido el gigante digital Amazon, muy criticado los últimos días por su ventaja competitiva —desleal, según los comerciantes cuyos establecimientos llevan clausurados tres semanas— durante el confinamiento. A cambio de retrasar siete días una de las fechas clave de las ventas prenavideñas, el Ejecutivo de Emmanuel Macron ha accedido a acelerar la reapertura de los negocios hasta ahora clausurados, aunque con un protocolo sanitario más estricto que reducirá más aún los aforos.
“Los representantes de la gran distribución, del comercio y de las ventas en línea se han comprometido a retrasar una semana las operaciones de promoción del Black Friday previstas inicialmente para el fin de semana del 27 de noviembre, a condición de una reapertura de los comercios hasta entonces”, anunció en la tarde del viernes el ministro de Economía, Bruno Le Maire. Poco antes, el primer ministro, Jean Castex, había mostrado su acuerdo a permitir que vuelvan a abrir los comercios actualmente clausurados “en torno al 1 de diciembre”.
El pacto se daba casi por descontado desde que, la noche del jueves, el director general de Amazon Francia, Frédéric Duval, anunciara en la televisión gala que aceptaba retrasar la fecha “si eso permite la reapertura de los comercios antes del 1 de diciembre”.
A cambio de que el Gobierno acceda a permitir la reapertura de los comercios “no esenciales” antes de lo inicialmente previsto —posibilidad abierta por la constatación de que la pandemia empieza a ser controlada—, el sector se ha comprometido a aplicar protocolos sanitarios más estrictos.
Según ha trascendido, los comercios, incluidos los supermercados, deberán garantizar ocho metros cuadrados de espacio por cliente, el doble de lo requerido hasta ahora. Ello llevará a que se tengan que controlar las entradas de las tiendas para regular los flujos y evitar también aglomeraciones, de acuerdo con lo adelantado por la prensa.
El tradicional viernes prenavideño de compras masivas, que tiene su origen en Estados Unidos y en el largo fin de semana festivo de Acción de Gracias, el último jueves de noviembre, se ha convertido en una fecha crucial para las ventas en Francia. El año pasado, durante esa jornada se generaron 6.000 millones de euros de volumen de negocio, en su inmensa mayoría (5.000 millones) en comercios físicos, según el Ministerio de Economía. De ahí la importancia de la fecha y que esta se haya convertido los últimos días en objeto de duras negociaciones entre comerciantes y patronales y el Gobierno de Emmanuel Macron, que quería prolongar el confinamiento al menos hasta comienzos de diciembre en las condiciones actuales. Estas implican el cierre de todos los comercios salvo los considerados imprescindibles, esencialmente alimentación, pero también los que proporcionan servicios tecnológicos o venden material de obra o bricolaje. En total, según Le Parisien, al menos 200.000 comercios —zapaterías, tiendas de moda o librerías, entre otros— permanecen desde entonces cerradas.
Amazon, la llave del acuerdo
Para que el aplazamiento del Black Friday fuera efectivo, se necesitaba sobre todo el visto bueno de Amazon. El gigante estadounidense ha estado en los últimos días en el ojo del huracán de las discusiones en torno al cierre de negocios por la pandemia en Francia.
A comienzos de semana, más de un centenar de políticos, sindicatos, ONG y pequeños comerciantes franceses reclamaron que se aplicara un “impuesto excepcional” a la plataforma digital estadounidense, alegando que esta “amenaza la supervivencia de todo el sector comercial” del país. Un día más tarde, numerosos personajes públicos, entre ellos la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, firmaron una petición reclamando una “Navidad sin Amazon” que ya suma más de 30.000 apoyos. En entrevista en Franceinfo este viernes, el director general de la sección francesa de la plataforma lamentó haberse convertido en el “megáfono” del descontento y recordó que es falso que Amazon se coma el mercado francés. “Amazon supone el 1% del comercio al por menor en Francia”, afirmó Duval. Ya a comienzos de mes, el secretario de Estado para cuestiones digitales, Cédric O, rechazó los miedos de los comerciantes asegurando que el comercio electrónico constituye en Francia el 10% del comercio total y Amazon es solo el 20% de ese comercio electrónico.
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