Un ex alto cargo del Ministerio del Interior ha ofrecido este jueves más detalles del distanciamiento que se produjo entre Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad, y su antiguo jefe, Jorge Fernández Díaz, cuando los medios de comunicación comenzaron a publicar las primeras informaciones sobre el caso Kitchen, la supuesta operación parapolicial urdida en la cúpula del Ministerio para arrebatar al extesorero Luis Bárcenas documentos comprometedores para el PP. Martínez, imputado y que ha amenazado con tirar de la manta —“voy a contarle al juez todo lo que sé”, dijo en una conversación con EL PAÍS—, se quedó destrozado cuando el partido conservador lo dejó fuera de las listas electorales, según ha detallado Juan José Esteban, director de Comunicación del Ministerio en aquella época.
Fuentes jurídicas presentes en la declaración de Esteban como testigo subrayan que este ha negado cualquier vinculación con Kitchen. Según consta en el sumario, el ex responsable de Comunicación se cruzó varios mensajes con Martínez cuando la trama comenzó a señalarlo. “Quieren joderme la vida y todos de perfil”, le escribió a Esteban, que le dijo: “Lamento muchísimo contemplar con mucha frustración la situación injusta en la que te ves envuelto”.
“Desde mi punto de vista la principal culpable de lo que está pasando es la señora que aupó al líder. Creo que el 1 debería tenerlo muy presente y ayudar un poquito”, añadió Esteban en otro mensaje en referencia, según la Fiscalía, a María Dolores de Cospedal, ex secretaria general del PP. El ex responsable de Comunicación ha afirmado este jueves que aquellos los envió simplemente como muestra de empatía, para seguirle la corriente y darle la razón.
Imputado un ex senador del PSOE
El juez también ha decidido imputar a Francisco Rodríguez Martín, senador del PSOE durante la VIII legislatura (2004-2008), en otra de las piezas separadas del macrosumario del caso Villarejo, según avanzó El Mundo y confirmaron fuentes jurídicas. En esa parte de las pesquisas, García-Castellón investiga un supuesto encargo de espionaje al comisario jubilado José Manuel Villarejo por parte de la empresa de detergentes Persán, donde el exparlamentario socialista habría presuntamente ejercido como intermediario entre ambas partes.
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