Un 18 de marzo de 1813 nacía el dramaturgo y poeta alemán Christian Friedrich Hebbel. Su primera obra en prosa fue El drama Judit de 1840, basada en el Libro de Judit del Antiguo Testamento. Veamos cuáles son las frases célebres de Christian Friedrich Hebbel en el día de su nacimiento.
También escribió algunas tragedias como Genoveva (1843) o María Magdalena, o Gyges und sein Ring (Giges y su anillo). Y en sus piezas de teatro triunfó con Herodes y Mariamna (1848) o Agnes Bernauer (1852).
El amor en la mujer está siempre mezclado con una admiración involuntaria, y cesa cuando cree convencerse de que el hombre le es inferior.
Gran parte de las experiencias que he hecho sobre mí mismo las hice observando las particularidades de los demás.
Las coronas de laurel son arrebatadas por un soplo de brisa; contra las coronas de espinas, nada puede la tempestad. frases célebres de Christian Friedrich Hebbel .
Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.
No es oro todo lo que luce; pero también debería agregarse que tampoco luce todo lo que es oro. frases célebres de Christian Friedrich Hebbel
Permanecer solo, con los ojos cerrados, en medio de las fuerzas más monstruosas que braman en torno, y, sin embargo, sentir palpitar en los labios la palabra misteriosa de la liberación: he ahí la dura suerte del hombre. ¡Un navegante por mares desconocidos, en una noche tempestuosa!
Cada nuevo amigo es un pedazo reconquistado de nosotros mismos.
A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto, pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
¡Ah, como ama el hombre cuando está separado de lo que ama por un imposible! Por el pasado.
Sólo hay una necesidad: que el mundo exista. Cómo se acomode el hombre poco importa.
No hay censura que no sea útil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores.
Instrucción es un concepto totalmente relativo. Es instruido aquel que posee lo que necesita para sus actividades. Lo superfluo nada aprovecha…
Hay personas que se consolarían hasta del fin del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen anunciado.
Hay algunos libros que leemos con la sensación de que damos limosna a su autor.
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