Un 3 de abril de 1593 nace el escritor, poeta y orador George Herbert. Además también ejerció como sacerdote anglicano. Marcó una época y es por ello que es esta jornada destacamos las frases de George Herbert en el día de su nacimiento.
Entre sus obras resaltar la poesía religiosa, entre otros, que nos ha dejado un legado importante. Algunos de sus poemas estuvieron escritos siendo clérigo en Benerton, y hasta hay poemas metafísicos de honda religiosidad. A resaltar sus obras de poesía con el título de El templo. ¡Celebramos sus frases célebres!
Toma todo lo que se te da, ya sea riqueza, amor o conocimiento, nada viene por error y con una buena digestión todo puede convertirse en salud.
El que no es guapo a los 20, ni fuerte a los 30, ni rico a los 40, ni sabio a los 50, nunca será guapo, fuerte, rico o sabio.
El amor y la tos no se pueden esconder. Son las frases de George Herbert en el día de su nacimiento.
No sigas tan de cerca ala verdad, que sus talones te arranquen a golpes los dientes.
Las buenas noticias pueden darse a cualquier hora, pero las malas hay que darlas por la mañana.
Porque el que necesita para vivir cinco mil libras no es menos pobre que el que necesita cinco.
Tener dinero es fuente de temor; no tenerlo, es fuente de dolor.
No frecuentes las malas compañías, no sea que aumente su número.
El adulterio es justificable: el alma necesita pocas cosas; el cuerpo muchas.
Una hermosa pobre encuentra más amantes que pretendientes.
Haz lo que debas y acepta lo que venga. Son las frases de George Herbert en el día de su nacimiento.
Lee mientras saboreas las frutas o saboreas el vino, o disfrutas de la amistad, el amor o la vida.
Mantén la calma en la discusión; porque la ferocidad hace que el error sea un error, y la verdad sea descortés.
Una milla vale por dos en invierno.
Muéstrame una mentirosa y yo te mostraré un ladrón.
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra verja.
No frecuentes las malas compañías, no sea que aumente su número.
¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?
El chiste es un motor de insubordinados, tremendamente poderoso. A veces un amigo, a veces el ingeniero.
Quien tiene casa de vidrio, no debe tirar piedras a otro.
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