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Frases de Tirso de Molina en el día su muerte

Tirso de Molina, que es el pseudónimo de fray es Gabriel Téllez murió un 12 de marzo de 1648. Lo destacamos como poeta, dramaturgo y narrador que vivió y tuvo su éxito de la Edad de Oro del teatro español. Veamos hoy las frases de Tirso de Molina en el día de su muerte.

Fue uno de los nombres destacados junto a otros escritores más destacados del momento como Lope de Vega y a Calderón de la Barca.

Para confusión mayor vuestra, he querido premiaros; porque si acaso a inquietaros vuestra ambición os volviere, cuando agora más os diere, tendré después que quitaros.

No hay criatura sin amor, ni amor sin celos perfecto, ni celos libres de engaños, ni engaños sin fundamento.

¡Ah, mujeres! ¡Qué bien hizo naturaleza admirable en no entregaros las armas!

Su sangre y nobleza ofende quien honras hurtar porfía a oscuras, si no es que entiende que no merece de día lo que de noche pretende.

¿Por qué aludí a Nausícaa?… No soy Nausícaa, esa princesa, coleccionista de conchas, soy la humilde Tisbea en la destruida costa de la Nueva Tarragona y sencillamente voy a caminar por esta playa cantando mi canción inocente…

De vuestros torpes amores daré venganza a mi enojo, mostrando a mis sucesores la nobleza de un león rojo en sangre de dos traidores.

… ya que nos traen tus pesares a que desta insigne puente veas la humilde corriente del enano Manzanares, que por arenales rojos corre, y se debe correr, que en tal puente venga a ser lágrima de tantos ojos; ¿no sabremos qué ocasión te ha traído de esa traza? ¿Qué peligro te disfraza de damisela en varón?

Con celos no la des pena (a tu mujer)

que no hay mujer que sea buena

si ve que piensan que es mala.

De la vida es un traslado, sustento de los discretos, dama del entendimiento, de los sentidos banquete, de los gustos ramillete, esfera del pensamiento, olvido de los agravios, manjar de diversos precios, que mata de hambre a los necios y satisface a los sabios.

Suyo lo soy agora, y del Rey tío, leal en defenderle, y pretendiente de su madre, a quien dar la mano fío, aunque la deslealtad su ofensa intente. Infantes, si a la lengua iguala el brío, intérprete es la espada del valiente; el hierro es vizcaíno, que os encargo, corto en palabras, pero en obras largo.

Los que caballeros son, nunca intentan casamiento a oscuras, como el ladrón de infame merecimiento. las frases de Tirso de Molina en el día de su muerte

 

 


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