Unos 150 inmigrantes intentaron trepar o arrastrarse por debajo de la valla fronteriza en un enfrentamiento con agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) que involucró rocas y gases lacrimógenos, dijo la agencia.
Los agentes primero detectaron un grupo de 45 migrantes en San Diego el lunes por la noche debido a la mayor presencia de agentes de CBP en la frontera, luego de la caravana de migrantes en curso.
Esos migrantes fueron luego regresados hacia México, informó la agencia. Poco después, los migrantes comenzaron a arrojar piedras sobre la cerca a los agentes y oficiales de la CBP, dijeron las autoridades.
Agentes afirmaron que varios adolescentes se ubicaron sobre el alambre de púas de la cerca con chaquetas y mantas gruesas.
Protección Fronteriza también indicó que niños pequeños fueron colocados sobre la cerca, pero que los migrantes estaban “teniendo dificultades para realizar la tarea de manera segura”.
La agencia detalló que no podía ayudar a los niños que intentaban cruzar la frontera debido a las piedras que se lanzaban a sus oficiales. Los agentes desplegaron humo, gas pimienta y gases lacrimógenos para detener a los lanzadores de rocas, según CBP.
Estos despliegues fueron dirigidos a los lanzadores de piedras y no a los migrantes que intentaban cruzar la frontera en un área separada, dijo la agencia.
“Ningún agente presenció que alguno de los migrantes en la línea fronteriza, incluidos los niños, experimentara los efectos de los agentes químicos, que estaban dirigidos a los lanzadores de rocas que estaban más lejos”, dijo CBP.
Los gases impidieron que la gente arrojara piedras y finalmente huyeron. CBP agregó que “la mayoría” de los migrantes que intentaban ingresar a los Estados Unidos regresaron a México.
La agencia detuvo a 25 migrantes, incluidos dos adolescentes, de acuerdo a la CBP. Bajo la política de uso de la fuerza de la CBP, el incidente será revisado por su Oficina de Responsabilidad Profesional.
Según fuentes de derechos humanos en México, guardias fronterizos de Estados Unidos lanzaron al menos dos granadas con gases lacrimógenos para repeler la intentona de cruce durante la noche del último día de 2018.
Según su informe, los migrantes se concentraron a un lado del muro divisorio en Playas de Tijuana y en el cañón de los laureles, en la frontera de México con Estados Unidos.
En estos dos lugares, había varias unidades de la Patrulla Fronteriza y fue en Playas de Tijuana donde los agentes estadounidenses lanzaron el gas lacrimógeno del lado mexicano.
Esta es la segunda vez en los últimos meses que agentes federales recurren al uso de gas lacrimógeno para dispersar a inmigrantes que intentan cruzar por la fuerza hacia Estados Unidos.
En noviembre pasado, se recurrió a esta práctica cuando integrantes de la caravana de centroamericanos hicieron lo propio cerca de la garita internacional de San Ysidro.
En aquel entonces, funcionarios justificaron esta medida ya que consideraban, era necesaria para prevenir que el incidente se tornara violento.