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¿Funcionan realmente los espantapájaros?

¿Crees que los espantapájaros realmente funcionan? Lo que para muchos parece ser una simple «decoración» de campo en realidad podría ayudar contra ciertas bestias aladas. No afecta a todas las aves, eso es seguro , pero algunas especies le temen más que otras. Conozcamos más sobre este famoso utensilio para proteger los cultivos y si realmente es o no eficaz.

¿Funcionan realmente los espantapájaros?

El uso de espantapájaros para ahuyentar a las aves es algo que se utiliza desde siglos antes de que naciera cristo.  En concreto ya en el 2.500 a.C, los griegos colocaban en sus campos madera tallada con forma de muñeco para evitar que las aves aterrizaran en los campos en los que cultivaban.

Estamos hablando de un artilugio que si bien parecía ser efectivo durante siglos, con el tiempo bien podría haberse en una mera anécdota con respecto a la manera en la que los pájaros, entienden que ya no son una amenaza.

La temporalidad del efecto de los espantapájaros

De hecho ya en el siglo XX comenzó a evidenciarse el hecho de que si bien los espantapájaros tradicionales actuaban contra las «aves parásitas» como los cuervos y los mirlos, en realidad, su efecto era y sigue siendo algo temporal; ya que tras el «susto inicial» las aves se acababan dando cuenta de que no eran más que muñecos o maniquíes, por lo que sabiendo que eran del todo inofensivos, reanudaban su actividad de «alimentación» dentro de los campos.

Sin embargo, los expertos también descubrieron que es más probable que los espantapájaros más realistas y de colores brillantes sí que fueran eficaces para mantener alejados a las aves. Para averiguarlo en la década de 1930, el científico KR Lagler envió un espantapájaros a la deriva en una boya flotante. Aquí la mayoría de las aves mantenían una distancia segura, pero no los martines pescadores, una especie de pájaron que cazaban sin ser molestados a pesar de la presencia del maniquí.

Por ello, podemos decir que en realidad cualquier espantapájaros que coloques puede asustar a un ave en un momento determinado, pero tarde o temprano acabarán aterrizando en el campo para hacer de las suyas. Quizás por ello, estos grandes muñecos han quedado en desuso y se opta más por utilizar otro tipo de elementos disuasorios frente a las aves. Uno de los más comunes, y más caseros, es el uso de CDs viejos que al brillar cuando se reflejan los rayos del sol, asusta a los pájaros. Otros en cambio colocan otro tipo de espantapájaros: la figura de un búho que incluso emite sonidos y que sí parece ser eficaz frente a otras aves y animales que pueden tener la intención de comerse lo que se cultiva.


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