Funcionarios locales en la metrópolis de Guangzhou, en el sur de China, emitieron una disculpa inusual después de que trabajadores comunitarios irrumpieran en docenas de hogares para buscar a personas que habían dado positivo por el coronavirus y otras consideradas contactos cercanos, lo que provocó duras críticas en las redes sociales.
El gobierno del distrito de Liwan de la ciudad dijo en un comunicado que los trabajadores habían forzado las cerraduras para ingresar a 84 unidades en un complejo de apartamentos. Habían estado buscando residentes que creían que se escondían para evitar ser enviados a centros de cuarentena. Según el enfoque de tolerancia cero de China hacia el covid, todos los casos positivos y los contactos cercanos deben enviarse a instalaciones de cuarentena centralizadas durante varios días.
Las fotos en las redes sociales mostraban cerraduras rotas frente a las puertas de los apartamentos, y el gobierno dijo que las cerraduras fueron reemplazadas más tarde. Agregó que el jefe de barrio se había disculpado individualmente con los vecinos y había prometido una compensación no especificada.
El gobierno también dijo que el incidente era “profundamente angustioso”, y que estaba investigando y castigaría a quien fuera considerado responsable.
Guangzhou ha informado menos de 10 casos de transmisión local durante la última semana. El miércoles, China reportó 906 nuevos casos de transmisión local, principalmente en la provincia noroccidental de Gansu y la región sureña de Guangxi.
La pandemia ha permitido al Partido Comunista profundizar su alcance en la vida de los ciudadanos chinos, rastreando y limitando sus movimientos y confinándolos en sus hogares y negocios. Los posibles manifestantes han dicho que se cambiaron los códigos de salud en sus teléfonos para evitar que se muevan libremente, y en muchas ciudades de China, las puertas de los residentes se han cerrado herméticamente para evitar que salgan durante los cierres.
En algunos casos, los funcionarios han retrocedido en las medidas en respuesta a la protesta pública. En Shanghai, la gente se quejó después de que los trabajadores de la salud mataran a golpes a un corgi que pensaron que podría haber sido infectado con Covid, y los trabajadores comunitarios reconocieron que la matanza había sido excesiva.
La ira por el caso de Guangzhou continuó hirviendo a fuego lento en las redes sociales chinas después de la disculpa. Algunas personas criticaron lo que llamaron un abuso de poder. Varios usuarios de Weibo dijeron que los abusos relacionados con la prevención del covid se habían generalizado desde que el covid apareció por primera vez en el país.
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