Gabriel Boric, el presidente de Chile, en una imagen del 9 de junio pasado.Jae C. Hong (AP)
El presidente Gabriel Boric ha anunciado este viernes que su Gobierno impulsará un nuevo proceso constituyente si la ciudadanía rechaza la propuesta de la nueva Constitución en el plebiscito del 4 de septiembre. El mandatario, en una entrevista en Chilevisión, aseguró que, a través del Parlamento, buscarían convocar nuevamente a una votación para que los chilenos elijan a los miembros de una segunda Convención Constituyente, los encargados de redactar la Carta Fundamental. Esta propuesta, que no es parte del actual acuerdo político, “es el camino que decidió tomar Chile cuando votó el 25 de octubre [de 2020] en un plebiscito por una nueva Constitución que sea redactada por un órgano 100% electo para ese fin”, explicó el mandatario.
En el plebiscito, de votación obligatoria y resultado vinculante, más de 15 millones de chilenos decidirán si aprobar o rechazar el texto redactado durante un año por 154 convencionales electos por la ciudadanía. Si gana el Apruebo, entraría a regir la nueva Carta Fundamental, la primera en la historia de Chile discutida en democracia; si gana el Rechazo, se mantendrá la Constitución redactada en 1980 por la dictadura de Pinochet que, si bien ha sido modificada en numerosas ocasiones, carece de legitimidad. Las encuestas revelan un triunfo del Rechazo con cerca del 54% de los votos. Uno de los debates es qué camino seguirá Chile al día siguiente del referéndum.
La derecha y parte de la centroizquierda encabezan una campaña bajo el lema “Rechazar para reformar” -la actual Carta Magna-; la mayoría progresista postula “aprobar para reformar” el nuevo texto desde el Congreso. El Ejecutivo ha defendido en reiteradas ocasiones la legitimidad de las dos opciones, a la vez que ha respaldado la propuesta constitucional presentada al mandatario y a la ciudadanía el pasado 4 de julio.
“Hay un acuerdo transversal hoy día en que la Constitución que tenemos no representa un acuerdo social en Chile. ¿Hay que hacer modificaciones? Sí. Lo que invito a que cada uno es a que se pregunte y responda de buena fe en qué escenario es más factible realizarlas”, planteó este viernes el presidente Boric. “De ganar la alternativa Rechazo, vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, donde se va a tener que discutir todo de nuevo, a partir de cero”, añadió. La ministra del Interior, Izkia Siches, aseguró que, con estas declaraciones hechas en un matinal, Boric “ha marcado el día de hoy una hoja de ruta” y que el potencial nuevo proceso constituyente “es parte de la interpretación que hacemos como gobierno”.
El politólogo Octavio Avendaño celebra el planteamiento del mandatario, pero cree que debe regir para los dos escenarios: gane el apruebo o el rechazo. “¿Por qué? porque el proceso constituyente que recién finaliza tiene una serie de cuestionamientos por parte de la población, ya sea en materia de Estado, político o judicial. Hay una serie de desprolijidades”, sostiene. El académico en la Universidad de Chile no comparte que, de llevarse a cabo un nuevo proceso, la convención se conforme de la misma manera que la primera. “No sé si es viable dadas las condiciones actuales. Ya hubo una primera oportunidad para eso. Podría ser una fórmula mixta e incluso dejar la posibilidad de que expertos puedan entrar a jugar un papel más protagónico”, apunta.
La propuesta de nueva Constitución declara a Chile como “un Estado social y democrático de derecho”, “plurinacional, intercultural, regional y ecológico”, con una democracia “inclusiva y paritaria”. Entre los artículos más polémicos está el fin del Senado -que sería reemplazado por una Cámara de las Regiones-, el término del Sistema Judicial, y la consagración del “pluralismo jurídico”. Boric aseguró que el documento requiere modificaciones “sin lugar a dudas”. “A mí me gustaría que tengamos un acuerdo amplio respecto a cosas que hay que modificar. Por ejemplo, el tema de sistemas de justicias, versus Poder Judicial”, apuntó.
El texto que se plebiscitará en menos de dos meses es el resultado de un proceso que se inició con el estallido social de octubre de 2019, durante el gobierno de Sebastián Piñera. Para darle una salida institucional a la crisis, la mayoría de los partidos políticos acordaron llamar a un referéndum para decidir si cambiar la Constitución. El 78,3% votó a favor y el 21,7% en contra. Un porcentaje similar apoyó que el nuevo documento fuese redactado por ciudadanos electos, sin la participación de congresistas.
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