Puede que estos nombres -OMG Dioh, Fabio Daja, Roxi Dibrani- no te digan nada, pero son sensación en Albania. Entre ellos hay un rapero, un influencer y un actor, y cada uno tiene más de 100 mil seguidores en la red social Tik Tok. Una audiencia que el gobierno británico pretende explotar.
Los creadores de contenidos se encargarán de publicar videos para sensibilizar a sus seguidores sobre los riesgos de la emigración ilegal, en particular las travesías del Canal de la Mancha orquestadas por redes de contrabandistas. También se encargarán de transmitir los mensajes que más interesan al Gobierno británico: que quien llegue ilegalmente al Reino Unido se atenga a las consecuencias.
La estrategia del Gobierno británico
Habitualmente oímos hablar de las estrategias disuasorias puestas en marcha por el Gobierno británico: los intentos de trasladar el sistema de asilo a Ruanda, las modalidades de alojamiento cada vez más difíciles, pero hablamos menos de estas campañas de comunicación.
Aunque esta iniciativa de recurrir a personas influyentes extranjeras para reducir la inmigración es sorprendente, forma parte de una estrategia más general. El gobierno ya patrocina publicaciones en todas las redes sociales -sobre todo en Albania- para disuadir a los posibles inmigrantes de venir al Reino Unido, así como campañas publicitarias y de “prevención”.
También se quiere utilizar los mismos canales que las redes de contrabando, porque el gobierno insiste en que le mueve la compasión y el deseo de proteger a los más vulnerables.
El Ministerio del Interior se jacta de haber llegado a casi un millón de usuarios en Albania. No confirma ninguna cifra, pero la prensa británica informa que la inversión es bastante mínima, de unas pocas decenas de miles de libras.
El “caso albanés”
Porque es uno de los pocos países donde el Gobierno ha conseguido reducir el número de llegadas ilegales. En 2022, los albaneses representaban el mayor contingente de solicitantes de asilo, y en un año su número ha descendido un 90%.
Esto se debe a estas campañas de comunicación, pero sobre todo a un acuerdo destinado a facilitar las expulsiones. El gobierno sabe por tanto que el “caso albanés” le dará resultados positivos que presentar, útiles durante un año electoral que promete ser complicado para los conservadores.
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