“Los ojos de Canadá están bien abiertos” para normalizar su relación con China, dijo el domingo el ministro de Relaciones Exteriores, Marc Garneau, después de tres años de vínculos inestables con Pekín desde el arresto y la liberación el viernes de una ejecutiva de Huawei Technologies.
Garneau dijo a CBC News que el gobierno canadiense ahora está siguiendo un enfoque cuádruple hacia China: “coexistir, competir, cooperar y desafiar”.
La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, hija del fundador de Huawei, Ren Zhengfei, regresó a China después de llegar a un acuerdo con los fiscales estadounidenses para poner fin a un caso de fraude bancario en su contra. Esto dio como resultado el término de su batalla de extradición de casi tres años en un tribunal canadiense.
La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou | Foto: Reuters
Poco después de que Meng volara a China, Michael Kovrig y Michael Spavor, los dos canadienses detenidos por las autoridades chinas pocos días después del arresto de Meng en diciembre de 2018, fueron liberados por Pekín.
“No había un camino hacia una relación con China mientras los dos Michaels estuvieran detenidos“, dijo Garneau.
El primer ministro Justin Trudeau y Garneau recibieron a los dos canadienses el sábado cuando llegaron a la ciudad de Calgary, en el oeste de Canadá, después de pasar más de mil días detenidos.
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Trudeau, quien ganó un tercer mandato el 20 de septiembre después de una reñida contienda, había prometido mejorar los lazos con China desde que se convirtió en primer ministro en 2015, basándose en el éxito de su padre en el establecimiento de relaciones diplomáticas con el gigante asiático en 1970.
Pero incluso antes del arresto de Meng, el repetido cuestionamiento de Canadá sobre los problemas de derechos humanos de China había irritado a Pekín, y ambos países no se acercaron.
China siempre ha negado cualquier vínculo entre el caso de extradición de Meng y la detención de los dos canadienses, pero Garneau dijo que el regreso inmediato de los dos Michaels lo vinculó con el caso de Meng de una “manera muy directa”.
Reuters
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