Además del combate a la corrupción, el Estado colombiano impulsó una política orientada a la juventud, en especial a los ninis, aseguró Jorge Giraldo, filósofo por la Universidad de Antioquia.
Para acabar con la violencia producto del narcotráfico, Colombia apostó por golpear la dirección de las organizaciones criminales, pero también por programas sociales que rompieran el vínculo que éstas tenían con los jóvenes, aseguró Jorge Giraldo, Doctor en Filosofía por la Universidad de Antioquia.
En entrevista para Aristegui En Vivo, el Decano de la Escuela de Humanidades de la Universidad EAFIT, señaló que fue un gran acierto del Estado colombiano enfocarse al combate a las organizaciones que generaban más violencia.
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Incluso, recordó a que partir de laentrega de Pablo Escobar Gaviria, líder del Cártel de Medellín, el 19 de junio de 1991, la tasa de homicidios comenzó a bajar de manera vertiginosa.
Subrayó que asumir el mando y control de esas organizaciones, luego de golpear su dirección, fue un acierto.
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Interrogado sobre la posibilidad de que esto no resuelve el problema y puede generar mayor violencia, Giraldo recordó que en la experiencia del país sudamericano, esas organizaciones criminales se fueron “atomizando” para convertirse en “medianas empresas criminales, microempresas criminales. No hay que subestimar esa estrategia, pero no puede ser la única”.
Y citó que paralelamente se desarrollaron programas para quitarle atracción a estos grupos y reducir su margen de acción.
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Un primer elemento fue emprender una lucha frontal contra la corrupción que incluyó la desaparición de la Policía Política y la transformación de la Policía Nacional.
Pero también se pusieron en marcha acciones de tipo social para cortar vínculos entre los jóvenes y organizaciones criminales. Hubo una política orientada a la juventud, en especial a los ninis.
“Al derrotar a las organizaciones criminales, se puso en duda que fueran inmunes y se presentaran como un camino promisorio para los jóvenes. Se atendieron los barrios más afectados y los artistas jugaron un papel importante como en el caso del cantante Juanes”.
Incluso, señaló que muchos artistas pop reconocidos en la actualidad provienen precisamente de Medellín, J Balbin o Maluma, son originarios de esa ciudad.