Nueva noche de barricadas y disturbios en Barcelona. Miles de personas, 4.000 según la Guardia Urbana, han recorrido este sábado el centro de la ciudad en una marcha que ha comenzado en la plaza de la Universitat, donde se han agrupado manifestantes llegados desde varios barrios y coreando lemas como “libertad, Pablo Hasél”, “libertad de expresión” o “anticapitalista”. La marcha ha derivado en graves incidentes con barricadas, ataques a al menos una entidad bancaria, cajeros y el lanzamiento de un cóctel molotov contra una furgoneta de la Guardia Urbana. La manifestación era la novena que se había convocado en la capital catalana en protesta por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
La protesta ha transcurrido con tranquilidad hasta que en la Rambla algunos manifestantes, con martillos y herramientas para golpear, han destrozado todos los cajeros que han encontrado a su paso y cristales de entidades bancarias, incluso con fuego, lo que ha obligado a intervenir a los bomberos en alguno de ellos, como el que se encuentra en el edificio catalogado de la Casa de los Paraguas. El episodio más tenso se ha producido en la comisaría de la Guardia Urbana, cuando los manifestantes han lanzado material inflamable a los bajos un furgón policial que se ha incendiado y en el que había al menos un agente, que ha podido salir ileso. En plaza de Cataluña han saqueado una tienda de la firma Zara y más arriba han roto los cristales de un hotel y en Rambla Cataluña han tirado al suelo el mobiliario y jardineras de las terrazas de los restaurantes.
Los Mossos d’Esquadra han detenido a 13 personas, entre ellas a una persona vinculada con el ataque al furgón policial. La Guardia Urbana, a tres personas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha condenado “rotundamente los hechos violentos de Barcelona después de una manifestación pacífica” y ha expresado su apoyo a la Guardia Urbana, agentes de la comisaría de la Rambla y vecinos y comerciantes afectados por los altercados”. El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès, ha manifestado que “el saqueo o destrozo de comercios, la quema de mobiliario o el ataque a trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación”.
La policía autonómica ha explicado que en la protesta “se han detectado a 250 o 300 personas en actitud violenta actuando en grupos de 15 y 20 personas en paralelo al grueso de la manifestación, que ha recorrido el centro en actitud pacífica”. Según las mismas fuentes parte de estos grupos se mostraban “organizados y han lanzado pirotecnia y han utilizado gasolina para prender fuego en el interior de entidades bancarias y han lanzado bengalas con gasolina o similar”. También han alertado de que algunos manifestantes han levantado barricadas para dificultar la actuación policial.
Los disturbios de este sábado en Barcelona se producen en un momento de mucha tensión por el fuerte malestar interno existente en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra, que no se siente apoyado por sus responsables políticos. Durante los últimos diez días varios responsables de los partidos independentistas han criticado la labor del cuerpo, especialmente tras el episodio en el que una manifestante perdió un ojo, presumiblemente por un proyectil de espuma lanzado por la policía autonómica. La formación anticapitalista CUP –representada ayer en el inicio de la manifestación por Carles Riera y Eulàlia Reguant–, que condiciona la formación de un nuevo Gobierno independentista, ha pedido la disolución de la brigada antidisturbios de los Mossos (BRIMO) y los dos partidos mayoritarios, Esquerra y Junts, han aceptado debatir sobre un nuevo modelo de seguridad pública. Con todo, el malestar de los Mossos ha motivado que el debate se aparque hasta después de la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, para lo que todavía no hay fecha prevista.
Precedida por una pancarta con el lema “Hasta que caigan. Nada que perder. Todo para ganar”, la manifestación ha recorrido calles anchas del Eixample hasta entrar en las calles estrechas del barrio del Raval. Al llegar a la comisaría del barrio, donde los Mossos d’Esquadra han hecho una barrera policial, algunos manifestantes les han lanzado objetos mientras otros han cruzado contenedores en la calle. La marcha se ha dirigido a la Rambla, donde se ha continuado atacando cajeros y entidades bancarias, varias con los cristales rotos. En la comisaría de la Guardia Urbana ha habido más lanzamientos y se han hecho pintadas en furgones policiales, a los que los manifestantes han lanzado líquido inflamable y ha ardido por la parte de los bajos.
Los Mossos d’Esquadra han intervenido subiendo con furgonetas por la Rambla para alejar a los manifestantes del lugar. Ya en plaza Cataluña algunos manifestantes han roto los cristales y han saqueado una tienda Zara y a unos centenares de metros, el Decathlon. En Rambla de Cataluña han atacado un hotel de la cadena NH.
Durante la mañana ya ha habido protestas en diferentes poblaciones catalanas: Girona, Terrassa y también Barcelona. Además de la capital catalana, ha habido protestas en Girona y en Lleida, de donde es el cantante y donde está internado en el centro penitenciario de Ponent. Allí se han producido ataques con piedras a una patrulla de la Policía Local y se han producido daños en establecimientos comerciales. También se han producido incidentes en Sabadell y Tarragona. Este viernes el pleno del Ayuntamiento de Barcelona pidió el indulto para el rapero y rechazó la violencia en las protestas.
La reiteración en las protestas ha sido criticada por diferentes líderes políticos. El presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, ha censurado “el saqueo y destrucción de comercio, la quema de mobiliario o el ataque a trabajadores públicos”, que no son “ni libertad de expresión ni de manifestación”. La alcaldesa de Barcelona ha mostrado a través de Twitter su “condena rotunda a los hechos violentos” y ha mostrado su apoyo a los agentes de la Guardia Urbana, vecinos y comerciantes afectados. Por su parte, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha expuesto su “apoyo sin fisuras” a los agentes de la policía local y de los Mossos en la que ha calificado como “una nueva noche de graves altercados”. Al enfado político se añade el económico, con las principales entidades empresariales barcelonesas preparando un acto de repulsa a los hechos vividos los últimos días de protestas.
La detención del cantante fue el martes 16 de febrero en la Universitat de Lleida. Desde entonces ha habido protestas periódicas en diferentes ciudades de toda España. En Barcelona desde ese mismo día se convocaron manifestaciones en las que hubo disturbios, enfrentamientos con los Mossos d’Esquadra y saqueos desde el día de la detención y de forma ininterrumpida durante ocho noches, hasta el 23 de febrero.
Las protestas tras el encarcelamiento del rapero se han caracterizado por convocarse por diferentes cuentas en las redes. No hay ninguna entidad ni liderazgo visible detrás de ellas. Este sábado, además de reclamar la libertad de Hasél también reclama la amnistía de todos los detenidos y encarcelados durante las noches de protesta. En Barcelona la concentración era en la plaza Universitat. Además, una hora antes estaba prevista la salida de columnas de manifestantes de la plaza de Sants, de la de Lesseps y de Gran Via con Marina.
Durante la mañana, en Girona, 400 personas se han manifestado sin incidentes por el centro pidiendo la libertad de Hasél y los presos del procés. En la misma ciudad durante dos horas un grupo de manifestantes ha cortado la autopista, hasta que la policía autonómica les ha desalojado sin incidentes.
En Barcelona, por la mañana varios centenares de personas se han manifestado en el barrio de Sants pidiendo la absolución de Carles, un vecino que fue detenido, encarcelado y puesto en libertad tras participar en las protestas de la semana pasada y mover vallas delante de los Mossos. La marcha ha transcurrido sin incidentes y los manifestantes han cortado durante unos minutos la avenida de Madrid, una de las arterias de la zona.
En Terrassa, y tras la protesta con disturbios y siete detenidos de anoche, se ha producido una concentración de familiares, amigos y miembros del movimiento antifascista ante los juzgados. Tres de los detenidos, menores, han sido puestos en libertad. Los otros tienen entre 20 y 25 años.