Greenpeace bloqueó durante 18 horas, el 11 de mayo, un megabuque que llevaba soja brasileña a los Países Bajos, para exigir una nueva y fuerte ley de la Unión Europea (UE) contra la deforestación porque “alimentar las granjas industriales de esa zona es destruir la naturaleza“.
Más de 6o voluntarios de 16 países y dos líderes indígenas de Brasil participaron en la protesta con frases como: “UE: Detengan ahora la destrucción de la naturaleza“, en la puerta del mar IJmudien, en Ámsterdam. Los activistas obstaculizaron la llegada del megabuque Crimson Ace con 60 millones de kilos de soja provenientes de Brasil.
“Crimson Ace, un buque colosal de 225 metros, es el símbolo de un sistema roto que impulsa la destrucción del medio ambiente y los abusos de los derechos humanos“, señaló Greenpeace en su sitio web.
El bloqueo terminó con la detención por parte de la policía de 11 activistas.
La inconformidad de la organización parte de que la soja que transportaba ese barco se utilizará como alimento para animales (para producir carne, lácteos, huevos, pescado). Esto ocurre con al menos 85% de las soja que importa la UE.
Según los cálculos de Greenpeace Francia, la UE moviliza 11.9 millones de hectáreas de soja en el extranjero para satisfacer sus necesidades ganaderas, una cantidad de tierra equivalente al tamaño de Alemania.
Más de la mitad de esta soja se utiliza para producir carne que los europeos consumen en cantidades muy superiores a las recomendaciones dietéticas.
Los europesos consumen aproximadamente el doble de carne que la media mundial, y unas tres veces más de productos lácteos.
Por otro lado, los pastos para el ganado y las tierras de cultivo para la producción de soja han sido identificados como los dos principales impulsores de la deforestación en todo el mundo. A través de su elevado consumo, los países de la UE son responsables del 16% de la deforestación tropical relacionada con productos básicos comercializados internacionalmente como la carne, el aceite de palma o la soja.
Además, las consecuencias negativas del sobreconsumo no se limitan al territorio de la UE ya que barcos como el Crimson Ace pueden contener soja procedente de ecosistemas destrozados, donde los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales se enfrentan a conflictos por sus tierras y a otras violaciones (como el desalojo violento), indicó Greenpeace.
Alberto Terena, líder indígena del Consejo del Pueblo Terena en el estado de Mato Grosso do Sul, dijo: “Hemos sido expulsados de nuestra tierra y nuestros ríos han sido contaminados con veneno, todo para dejar espacio a la expansión del agronegocio. Europa comparte la responsabilidad de la destrucción de nuestros hogares. Pero esta legislación puede ayudar a detener la destrucción futura. Pedimos a los ministros que aprovechen esta oportunidad, no solo para garantizar los derechos de los pueblos indígenas, sino también por el futuro del planeta. La producción de alimentos para sus animales industriales y la carne de vacuno que se importa no debe seguir significando nuestro sufrimiento“.
Más de la mitad de la vegetación natural del cerrado brasileño, hogar de comunidades indígenas y de especies únicas como el jaguar, ya ha sido talada para plantar soja y crear pastos.
Greenpeace demanda la creación urgente de una ley comunitaria fuerte para proteger los bosques, las personas y la naturaleza
A pesar de que la UE está negociando con otros ministros europeos sobre una nueva ley que podría proteger ecosistemas en todo el mundo, los zonas naturales como el cerrado brasileño quedarán desprotegidas porque el proyecto solo busca cuidar a los bosques, aunque casi la mitad de las importaciones de soja proceden de esas reservas.
La organización destacó que la ley “antideforestación” sólida y hermética para la UE sería una parte importante de la solución. Pero en el caso de la soja, también hay que hablar de reducir drásticamente la producción y el consumo de carne y lácteos.
Los científicos recomiendan reducir el consumo de carne y lácteos en Europa en al menos un 70% para 2030, con el objetivo de hacer frente a la emergencia climática para proteger la salud pública y la naturaleza.
“Una de las cosas más útiles que todo el mundo puede hacer para actuar sobre el cambio climático ahora mismo es comer drásticamente menos carne y lácteos y aumentar la cantidad de alimentos vegetales en nuestra dieta”.
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