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Guantes de látex con agua para acompañar a los pacientes en la UCI

El amor y la atención son las necesidades de muchos pacientes, especialmente durante la pandemia de Covid-19. Un percepción que ha provocado que tres profesionales de la salud que trabajan en la Unidad de Emergencias (UPA) del hospital Vila Prado en São Carlos (São Paulo, Brasil), tuvieran una idea para que se sintieran acompañados mientras se encuentran en la UCI: usar guantes de látex con agua.

El gesto de una enfermera brasileña para que los enfermos de las UCI se sientan acompañados

La técnica de «acompañamiento» para estos pacientes en la UCI se conoce como «mano pequeña» e implica un guante desechable de látex lleno de agua. La temperatura del agua varía según las necesidades del paciente, que recibe el guante como si alguien le tomara la mano.

Es una medida sencilla, pero aporta el sentimiento cariñoso del equipo con cada paciente hospitalizado. Inspirándose en las redes sociales, la idea fue puesta en práctica por la enfermera del Hospital de Vila Prado, Semei Araújo Cunha, junto a sus dos compañeras Mariah Santos y Vanessa Formenton.

«Como teníamos una paciente intubada en estas situaciones, decidimos hacerlo como una forma de cariño, mimos, humanización, como si alguien le tomara la mano, y también para suavizar las extremidades que estaban muy frías, en especial la mano, que estaba muy fría» explicó Semei.

La enfermera comenta que la restricción del contacto físico que provocó la pandemia hace que muchas personas se sientan solas, y este sentimiento aumenta aún más en los pacientes que llevan días enfrentando esta batalla.

«Es muy triste y desgarrador para todos. Pacientes internados, intubados, sin contacto con la familia, sin contacto con nadie. Quien habla es solo por móvil y videollamada, ya no tiene esa caricia, no tiene cariño, no pueden recibir visitas, el paciente se vuelve vulnerable. Quiera o no, esto ayuda mucho en la necesidad porque esta enfermedad es muy deprimente», informó.

Empatía y compasión

La propia enfermera ha pasado por el Covid-19 y se sintió mucho más sensible en este período, pero según ella, este no fue el punto principal que la hizo ser aún más cariñosa con sus pacientes.

Ha sido capacitada durante aproximadamente un año y medio y comenzó a trabajar desde el inicio de la pandemia, cuando fue contratada por una empresa subcontratada que brinda servicios a los municipios de São Carlos y Araraquara.

Para ella, la motivación de hacerse enfermera vino tras la muerte de su padre, cuando se dio cuenta de que a los profesionales que atendían a sus familiares les faltaba un poco más de empatía y cariño. Con eso, decidió hacerse enfermera y marcar la diferencia y ser el apoyo para los pacientes y familiares que lo necesiten.

«Perdí a mi padre, y cuando perdí, vi que había falta de empatía, atención y cariño, porque no es solo la medicina la que cura, a veces el cariño no solo al paciente, sino también a la familia es bueno . Cuando resolví hacer el curso, fui para ayudar realmente a la gente «, finalizó.


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