Es temporada de habas, y los que disfrutamos más pelándolas que con una sesión de mindfulness y ASMR juntas lo celebramos ejerciendo a todo lo que da. Cada vez que alguien dice “uy, habas frescas, qué ricas pero qué pereza” nos hacemos los resignados y nos ofrecemos a pelarlas “si nadie más quiere hacerlo” para que después nos aplaudan por ello y además no nos toque poner el lavavajillas (somos raritos, pero no tontos). Ya estamos un paso más cerca de comernos este platazo.
La pericia culinaria que requiere esta receta es casi nula, pero hay que hacer otro -sí, otro- trabajo manual, separando las pequeñas de las grandes. Si todas las habas que tenemos son más o menos del mismo tamaño, no será necesario cocinarlas en dos tiempos; si son todas pequeñas podemos dejar evaporar un poco el líquido escogido para el guiso, así además de conseguir una salsa con más cuerpo nos aseguramos de que las butifarras no queden crudas en su interior.
Si no tenemos habas frescas a mano, podemos usarlas congeladas siguiendo el mismo sistema, o confitadas añadiéndolas apenas el último minuto. También podemos adaptar la receta con unos buenos guisantes frescos, o con legumbres ya cocidas como garbanzos o judías secas. Igualmente podemos sustituir la butifarra cruda por otras cocidas -blanca, negra, de perol o cualquiera de sus familiares, como morcillas o chorizo-, panceta curada, jamón o unas cuantas gambas o langostinos.
Si no quieres añadir ninguna carne o chacina de origen animal a tu plato, puedes acompañar las habas con otro delicioso ingrediente de temporada: las alcachofas. Como estas necesitan una cocción un poco más larga, puedes brasearlas previamente, o cocinarlas un poco en el microondas para que ambos ingredientes estén listos a la vez. Unas hojas frescas de menta, unos piñones un poco tostados, un huevo escalfado o cocido cinco minutos -o una yema curada en azúcar y sal o salsa de soja- rematarán el plato con alegría.
Dificultad
La de sacar las habas de la vaina y separarlas en dos tamaños.
Ingredientes
Para 4 personas
- 600 g de habas (peso ya desvainadas)
- 2 butifarras o longanizas frescas
- 1 cebolla
- 100 ml de agua, vino blanco, caldo o una mezcla
- Aceite de oliva virgen
- 1 tomate
- Una cucharadita de hojas de tomillo fresco (¼ si es seco)
- Sal
- Pimienta
- Perejil (opcional)
Preparación
- Si las hay de tamaños muy diferentes, separar las habas más grandes de las más pequeñas.
- Cortar las butifarras en trozos de bocado. En una cazuela con un poco de aceite, dorar la cebolla a fuego medio.
- Cuando empiece a oler bien, añadir el tomate rallado, y dar vueltas un minuto.
- Añadir las butifarras y dar vueltas al sofrito un par o tres de minutos más, hasta que la cebolla y la butifarra estén doradas.
- Añadir las habas de tamaño más grande y el líquido elegido, un poco de sal y el tomillo. Cocinar a fuego medio durante unos cinco minutos o hasta que las habas estén casi listas. Añadir las habas más pequeñas y cocer todo junto tres minutos más.
- Rectificar de sal y pimienta y servir, si se quiere con un poco de perejil picado encima.
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