Los países del G20 manifestaron este lunes su apoyo a la “tributación progresiva” para que los ricos paguen impuestos de forma más efectiva y se comprometieron a proseguir sus discusiones en torno a la propuesta brasileña para la posible creación de un impuesto global a los superricos.
“Con pleno respeto a la soberanía fiscal, procuraremos cooperar para garantizar que las personas con un patrimonio neto muy elevado paguen impuestos de manera efectiva”, afirmó el foro de las mayores economías en su declaración final, divulgada este lunes, tras la primera de las dos jornadas de la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
La genérica mención incluida en el documento se refiere a la propuesta de la presidencia brasileña del G20 para la negociación de una convención o de un tratado que impida que los superricos evadan impuestos trasladando sus fortunas a países con legislación tributaria menos rigurosa.
Según la iniciativa brasileña, si los cerca de 3,300 multimillonarios del mundo pagan un impuesto global equivalente al 2 % de sus riquezas en cualquier país en el que estén es posible recaudar anualmente entre 200,000 y 250,000 millones de dólares para financiar proyectos de combate a la pobreza, el hambre y el cambio climático.
“Esperamos seguir debatiendo estas cuestiones en el G20 y en otros foros pertinentes, contando con los aportes técnicos de las organizaciones internacionales pertinentes, el mundo académico y los expertos”, aseguraron los líderes del G20 en su declaración.
Brasil ya inició conversaciones con un grupo de trabajo de la ONU sobre tributación justa y con los miembros de la OCDE sobre posibles formas de implementación del impuesto, así como con Sudáfrica, para que dé continuidad al debate en el G20 durante su presidencia del grupo, que asume en diciembre.
La inclusión del asunto en la agenda de las mayores economías del mundo y el posible inicio de negociaciones para implantarlo, que pueden extenderse por años, fueron considerados como un éxito por Brasil.
Los jefes de Estado del G20 dijeron que la cooperación en esta área puede “implicar en el intercambio de mejores prácticas, el fomento de debates en torno a los principios fiscales y el diseño de mecanismos contra la evasión fiscal, incluido el abordaje de prácticas fiscales potencialmente perjudiciales”.
Los líderes coincidieron en que la tributación progresiva es una de las herramientas clave para reducir las desigualdades, fortalecer la sostenibilidad fiscal, fomentar la consolidación presupuestaria, promover un crecimiento sólido, sostenible, equilibrado e inclusivo y facilitar el logro de los objetivos de desarrollo sustentable.
En ese sentido felicitaron a algunos países, como España, que han implantado reformas tributarias destinadas a reducir las desigualdades y a promover sistemas tributarios más justos y progresivos.
La redacción de forma muy genérica de la propuesta permitió su aprobación en la cumbre pese a la resistencia de algunos países como Estados Unidos y Alemania a la creación de un impuesto.
El presidente de Argentina, Javier Milei, que también se ha pronunciado contra el impuesto y contra cualquier tipo de intervención del Estado en la economía, aclaró en un comunicado que aprobó la declaración para no “obstaculizar” el consenso de los demás líderes, pero que no “acompaña varios puntos” del documento.
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