El presunto miembro del antiguo comando Donosti de ETA Igor González Sola aseguró ayer, tras reconocerse militante de ese grupo terrorista, que la banda seguiría con “la lucha armada mientras no se reconozca la soberanía de Euskal Herria como nación”. González Sola hizo esta afirmación en el juicio que ayer comenzó en la Audiencia Nacional contra él y otros cuatro presuntos etarras por pertenencia a ETA, tenencia de armas y falsificación de documentos.
El procesado declaró que no reconocía al tribunal “español y fascista”, mientras que sus compañeros de banquillo, Iker Olabarrieta y Carmelo Laucirica, se declararon también miembros de ETA y los otros dos -Jon Koldobika Garmendia y Marta Igarriz- negaron cualquier relación con la banda terrorista.
Garmendia, un bertsolari conocido como Txuria, aseguró que de los procesados sólo conocía a Igarriz porque mantuvo una relación sentimental con su hermana, pero que una vez terminada esta, el contacto con la presunta etarra se enfrió, por lo que negó haberla captado para la organización terrorista. Este acusado añadió que a raíz de un accidente que sufrió en 2001 estuvo siendo tratado en una clínica de Barcelona durante el mes de abril de 2005 y dijo que pocos días después de regresar a Bilbao se enteró de que la policía le estaba buscando y que entonces decidió “por miedo” irse a vivir con un amigo al sur de Francia, donde llevaba una vida normal con su propia identidad.
Garmendia dijo que no conoció a Iker Olabarrieta hasta que fue detenido y negó, por tanto, haberle alojado en su piso. Olabarrieta, quien también negó conocer a Garmendia antes de ser arrestado, así como haber estado en su casa, afirmó haber dado apoyo al comando Vizcaya en esta provincia, pero dijo que “nunca” actuó en Guipúzcoa como miembro de este comando, que se desintegró tras la muerte de sus miembros -Hodei Galarraga y Egoitz Gurruchaga-, tras lo cual reconoció haberse ido a Francia.
Por último, Marta Igarriz ratificó la versión de Garmendia, negó que éste la captara para formar parte de la banda terrorista ETA y añadió que “en ningún momento” le dijo que fuese un miembro de la banda. Igarriz dijo que sí implicó a Garmendia cuando fue arrestada fue porque, al sentirse “amenazada”, firmó la declaración que la policía le preparó.
Sobre el material incautado en el garaje de Hernani a esta procesada -dos subfusiles, 39 cartuchos de Tytadine, varios detonadores y temporizadores, entre otros-, Igarriz aseguró que no sabía qué tipo de efectos guardaba y que si accedió a tenerlos fue porque vio “muy apurada” a la persona que se lo pidió, de la que dijo que no era el procesado en rebeldía Haimar Altuna. La acusada explicó que como el tiempo pasaba y “esa persona” no venía, abrió dos de las mochilas para tirarlas y vio que había “algo parecido a unos puros y unos chorizos rojos” y decidió dejarlo como estaba.
El fiscal Pedro Rubira solicita para los acusados Olabarrieta, Laucirica y González 29 años de prisión por los delitos de pertenencia a banda armada, depósito de armas de guerra, tenencia de explosivos y falsificación de documentos. Para Igarriz y Koldobika pide 26 años, por no incurrir en el último de los delitos.
Por otra parte, los dos zulos de ETA localizados ayer en Guipúzcoa por la Guardia Civil estaban vacíos, informaron fuentes de la lucha antiterrorista. Las mismas fuentes precisaron que los zulos fueron hallados enterrados en Hernani y en el entorno montañoso de Aldaba Txiki, cerca de Tolosa. La localización de los zulos está relacionada con la reciente detención de 11 personas que preparaban un nuevo comando Donosti, dos de las cuales quedaron en libertad.
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