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Hallazgos milenarios: los mamuts antes de los pájaros de metal

Culturalmente

Por Mario Bravo Soria / Ángela Anzo / Cristóbal Torres

[Ante los relevantes e impresionantes hallazgos recientes en la zona de Santa Lucía, lugar donde se construye el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, esta sección cultural charla con personalidades del ámbito arqueológico para conocer sus reflexiones al respecto…]

 

México, 5 de junio (La Neta Neta).— Hubo un tiempo muy distinto a éste, en el cual los aviones no surcaban los cielos de Zumpango, Estado de México, sino enormes mamuts caminaban, lentamente, mientras los días y las noches ni siquiera podían ser mínimo presagio de lo que dichas tierras serían miles de años después.
      Aquel territorio sin nombre, ¿cómo puede nuestra mente imaginarlo hoy en día?, ¿somos capaces de comprender los miles de años que han transcurrido desde que los mamuts hallados en la base militar de Santa Lucía anduvieron por sobre tales sitios?, ¿estamos hechos para entender que, de una manera u otra, nuestras vidas guardan aunque sea una pequeñísima porción de vínculo con aquellas temporalidades?
      ¿Qué representan los hallazgos milenarios en Santa Lucía, lugar donde muy pronto aterrizarán y despegarán aviones provenientes de otras geografías? ¿Algo nos dicen esos hallazgos a los hombres y mujeres de la actualidad o son simples actos interesantes para arqueólogos? ¿Esos restos óseos encontrados son una pieza más dentro de la historia de este país o representan un episodio desconectado, lejano, sin significado para un mexicano habitante de este año 2020?
       Para comprender la magnitud del hallazgo en el territorio donde hoy se construye un aeropuerto internacional, en la sección de Cultura de La Neta Neta buscamos a diferentes especialistas en el campo de la arqueología pues consideramos de suma relevancia entender qué significa la presencia de esos restos óseos de mamuts encontrados hace un par de semanas.
      ¿Tales vestigios del pasado qué nos pueden decir acerca de otros ayeres y, también, en torno a nuestra actualidad donde ya no andan por ahí mamuts a la intemperie sino ahora vuelan pájaros de metal?

 Lugar de las excavaciones en la Base Área
Militar de Santa Lucía

Una reportera ante cierta cita con la historia

Tras un trayecto de aproximadamente una hora, una fotógrafa, un camarógrafo y una reportera llegamos a la Base Aérea de Santa Lucía de la Secretaría de la Defensa Nacional. Siguiendo los protocolos nos pusimos un chaleco de seguridad y un casco para ingresar a uno de los puntos de hallazgo en las zonas de excavación, el cual se encuentra a tan sólo unos metros de la entrada principal que colinda con las calles del Municipio de Tecámac en el Estado de México. En dicho lugar se encontraron restos de mamuts y otros animales. La Neta Neta arribó al lugar para indagar la magnitud del evento.
      Al llegar al predio miramos la zona acordonada: un radio de, aproximadamente, 10 metros. Nos encontramos con 30 personas, que en sus manos sostenían espátulas, brochas y palas, estas últimas para desenterrar los esqueletos de los animales, los cuales permanecieron ocultos durante miles de años.
      Las manos trabajan cautelosas para retirar los sedimentos y la arcilla bentónica del material óseo, una tierra color gris olivo que ha conservado a las especies que habitaron alrededor de los lagos de la cuenca de México.
      Los materiales han sido recubiertos con consolidantes, un líquido blanco que evita la disgregación a causa de factores ambientales, lo que nos permite apreciar las costillas casi intactas que permanecen prendadas a la columna vertebral de un mamut, una quijada y algunos otros restos que, poco a poco, se descubren… mostrándonos la experiencia que debe ser ingresar en una máquina del tiempo.

Hallazgos en Santa Lucía desde la década de los setenta

Ante la pregunta de la reportera Ángela Anzo al doctor Rubén Manzanilla acerca de cómo ha sido este proceso de encuentros de restos óseos y demás hallazgos, el arqueólogo detalla lo siguiente al hallarse en el lugar de las excavaciones en Santa Lucía:
      —Cuando se decidió hacer aquí el aeropuerto, la Secretaría de la Defensa Nacional se acercó al Instituto Nacional de Antropología e Historia para pedir una inspección de la zona, se hizo y se determinó que era necesario realizar trabajos de salvamento arqueológico. Este es un convenio que se tiene entre las dos instancias. Los primeros acercamientos fueron en abril de 1979. Había antecedentes de hallazgos de paleofauna en la base aérea desde la década de los setenta, se hicieron rescates aislados en donde se encontraron cinco individuos de mamut y algunos huesos de caballo, entonces había la expectativa de que durante las obras del aeropuerto se iban a encontrar, por lo menos, unos 10 o 15 ejemplares más. 
      “En este proyecto llevamos trabajando desde octubre del año pasado. Actualmente estamos muy rebasados en cuanto a esta suposición, pues estamos en el hallazgo 129: tenemos alrededor de 70 individuos identificados y muchas especies menores que están asociadas a los restos”.

 

Restos
óseos de mamuts encontrados en Santa Lucía

El INAH tras los vestigios del pasado

Por su parte, el doctor Pedro Sánchez, que preside la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, a pregunta del reportero Cristóbal Torres durante una conversación telefónica, nos explica cómo dicha institución llegó a las excavaciones y obras realizadas en la Base Aérea de Santa Lucía:
      —El INAH, desde hace 70 años, más o menos, cuando comenzaron a hacerse las grandes presas en México durante la década de los cincuenta del siglo pasado, vio la necesidad de acompañar estas obras a través de investigaciones de salvamento arqueológico. Entonces, digamos de manera cotidiana, acompañamos este tipo de obras. El Metro de la Ciudad de México, el actual Aeropuerto, así como el que ya no se hizo en Texcoco, ahí también hicimos investigaciones; en las presas, en los gasoductos, en las carreteras, en centros turísticos… donde quiera que haya una gran obra, y donde sepamos que existe el potencial para que aparezcan vestigios arqueológicos, vamos a estar presentes.
      “En este caso, en cuanto supimos que se realizaría la obra del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y además teniendo antecedentes de otros hallazgos durante el último tercio del siglo pasado, ahí mismo en Santa Lucía, se firmó un convenio con la Sedena para poder acompañar la obra. Obviamente esto, nosotros, o el Instituto y los arqueólogos en este caso, lo vemos como una oportunidad de poder investigar en áreas que de otra manera sería imposible para el Instituto llevar a cabo proyectos de este tamaño”.

 

El proceso de desenterrar el pasado

Al interrogarlo acerca de cuál es el mecanismo que los especialistas implementan para salvaguardar las huellas históricas encontradas bajo tierra, el arqueólogo Manzanilla, encargado del proyecto en Santa Lucía, asevera:
     —El proyecto comprende un primer proceso de localización; después, el de exploración, limpieza, consolidación en el lugar para que los huesos puedan ser manipulados… se les aplica un consolidante que penetra en los poros del hueso y una vez que está un poco endurecido, se les protege con vendas en una solución de carboxil… un paquete que permite que los huesos se conserven y no se fracturen. En los casos que lo requiere, se hace un recubrimiento de yeso para darle más solidez; asimismo, al realizar el levantamiento de las piezas, a veces se hacen bases de espuma de poliuretano y plástico burbuja o armazones de madera o herrería para poder mover, por ejemplo, los cráneos que son muy pesados o huesos frágiles.
      Por su parte, el doctor Pedro Sánchez nos explica también en qué consiste este proceso para que el ciudadano no experto en estos temas pueda comprender cómo trabajan los especialistas:
      —Ahora se están levantando, se les dan los primeros auxilios, digamos, como si fuera una fractura  (por poner un mal ejemplo) y estabilizar los huesos para llevarlos a un espacio donde están siendo resguardados en espera de todos esos procesos; toma de muestras para estudios y posteriormente ya pasan a los procesos de consolidación.

 Acciones
de preservación de los hallazgos

¿Qué han encontrado los especialistas tras las excavaciones?

Mucho se ha hablado en los medios de comunicación acerca de los hallazgos, centrando el tema en los restos óseos de mamuts; pero… ¿realmente qué es todo lo que hasta ahora han encontrado?
      El arqueólogo Rubén Manzanilla nos responde:
      —Para nosotros, por ejemplo, la mandíbula es muy importante porque el desgaste de los molares nos puede decir la edad del individuo, el estado de salud o el tipo de alimentación que llevaba. Los ejemplares que están aquí tienen entre 12,000 y 25,000 años antes del presente. Hasta ahora se han encontrado mamuts colombinos, vienen asociados con individuos de camellos, caballos, bisontes y especies más pequeñas. 
      Por su parte, el antropólogo y arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, experto en cuestiones prehispánicas relacionadas a la antropología, en entrevista con el periodista Mario Bravo Soria, nos comparte sus reflexiones en torno al suceso que ha dirigido los reflectores, durante las últimas semanas, hacia la arqueología y la paleontología:
     —Creo que es un hallazgo realmente importante. ¿Por qué razones? Primero, porque la cuenca de México se ha caracterizado por encontrarse en la antigüedad (hace 7,000, 10,000 años) una fauna pleistocena que ya desaparecía, entre la que se encuentra, por ejemplo, el caballo (que era más chiquito en cuanto a los especímenes de hoy), también el mamut, el gliptodonte, el tigre dientes de sable… en fin, un buen número de animales y entre ellos quizá el de mayor tamaño era el mamut.
     “Ahora bien, el hombre prehistórico, aquí en México fue contemporáneo de algunos de estos animales que he mencionado; incluso los cazaba para poder proveerse de una serie de elementos desde pieles, huesos, etcétera. Este hallazgo reúne la particularidad de esa cantidad enorme de estos ejemplares que constituyen un documento (vamos a llamarle así) en cuanto a la presencia de estos enormes paquidermos en la cuenca de México. Los había en otros lugares, pero aquí se han caracterizado por esa amplia presencia que ahora constatamos de esta manera.  
      “Hay algo muy importante: hubo una excavación, a mediados del siglo XX, en Santa Isabel Ixtapan (que está cerquita de Texcoco, más o menos cerca de este nuevo yacimiento) en la cual se logró excavar un mamut. Lo interesante es que se encontraron también, junto a los restos óseos del animal, ciertas puntas de flecha elaboradas de piedra, que usaron los antiguos habitantes para la cacería del mamut. Ahí quedo muy claramente relacionado el hombre y la cacería, la cual le permitía acceder a estos paquidermos. Esto es muy importante para la arqueología, es decir que, junto con el hallazgo, en este caso formidable de estos animales, ojalá pudieran salir instrumentos prehistóricos. Sé que han salido algunas vasijas de barro, pero eso ya es muy posterior. Ojalá se encuentren elementos de entre 7, 10,000 años en donde, nuevamente, reconfirmemos la presencia del hombre en la cuenca, del cual se conoce que es desde hace unos 20,000 años, pero aquí tendríamos de nuevo el refuerzo de esa asociación entre hombre y los sujetos de su cacería”.

 

El valor de la paleontología

El reportero Cristóbal Torres también entrevistó telefónicamente a la doctora Felisa Aguilar, presidenta del Consejo de Paleontología del INAH, quien nos comparte sus reflexiones acerca de la importancia de comprender a la historia no solamente como procesos humanos, sino también desde la existencia de otros seres vivos, los cuales nos dicen algo de cómo ha sido la vida en la Tierra:
      —En este sentido, por un lado, debemos preguntarnos qué información nos proporciona este hallazgo en la historia del lugar, en términos exactos de los cambios en los ecosistemas, cómo ha ido cambiando esa zona en donde se han encontrado tales restos óseos, lo que nos permite entender un poco cuál es la dinámica que se presenta en la actualidad en dicha zona.
      “Ese conocimiento que se pueda generar a través del estudio de estos fósiles es algo enriquecedor, porque muchas veces pensamos que, en cuestiones de historia, es algo únicamente abordado a partir de contextos humanos, y olvidamos que también a través de los fósiles podemos irnos a esa parte histórica.
      “En cuanto a valor patrimonial, es ya de por sí un evento fortuito y raro que las piezas paleontológicas puedan conservarse y preservarse en los estratos rocosos y fosilizados”.

 Acciones de conservación y
resguardo de los restos óseos

Y también hallaron restos de seres humanos…

A Pedro Sánchez, coordinador nacional de Arqueología del INAH, se le pregunta por el contenido del comunicado emitido por tal institución en el cual mencionan hallazgos también de restos óseos humanos, como huellas históricas… ¿qué revelan sobre esa zona y del lago de Xaltocan?
      —En Tultepec se pudo constatar que el hombre interactuó con los mamuts en esta región hace 15,000 años, más o menos. En este caso, los hallazgos a los que estamos haciendo referencia no tendrían nada que ver ya con las osamentas de mamut, porque estamos hablando de 9,000 años de diferencia.
      “Estamos pensando que los mamuts pudieran ser de 10,000 años aC y estos hallazgos de humanos son de 1,000 años después de Cristo. Es otro tipo de contexto, otro tipo de hallazgo. Se refieren a aldeas de campesinos que seguramente sembraban ahí, cazaban en lo que era todavía el lago de Xaltocan… pescaban… en fin.
      —Con este proyecto de preservación de los restos óseos en Santa Lucía, ¿qué implicaría nuevas excavaciones?
      —Las excavaciones se van a ir dando de manera natural con las obras continuas del aeropuerto y, obviamente, también debemos interactuar con todos los órdenes de gobierno de esta región para ir integrando información a partir de que individuos o mamuts sigan apareciendo en el área. Porque aquí en Santa Lucía hemos hablado de 60 o 70 mamuts, pero a diario crece ese número. Diario se encuentran más restos, porque es una zona rica. Y precisamente tendremos que analizar de qué manera se fue dando esta deposición.

 

¿Podría existir un hallazgo que cancelara la obra aeroportuaria?

¿Realmente el tren del Progreso es imparable y ni siquiera hipotéticos descubrimientos extraordinarios podrían detener una obra de semejante envergadura como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles?
      Pedro Sánchez, que preside la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, responde:
      —Tendría que haber un hallazgo que implicara que algo debe quedarse in situ. Digamos, si estuviéramos hablando de pirámides, que son elementos arqueológicos que pueden quedar expuestos a la intemperie, en ese sentido, tendría que replantearse la obra, de adecuar el espacio a la conservación de ese hallazgo, porque un edificio no se puede mover de lugar.
      “En este caso, los restos óseos de mamuts son elementos totalmente explorables. Donde se encontraron no pueden quedarse por el ambiente, el clima, la exposición a la intemperie, porque se destruirían. Entonces, lo que estamos haciendo es recuperarlos de una forma totalmente sistemática y controlada para poder pasarlos a un lugar donde sí se puedan conservar”.

Aplicación de químicos para preservar los hallazgos

Ante un futuro incierto, mejor buscar en el pasado

Al charlar telefónicamente con el doctor Matos Moctezuma acerca del puente que estos hallazgos producen entre el pasado y el presente, incluso al plantearle que esta situación resulta hasta un tanto poética pues se encontraron tales restos óseos y vestigios del pasado precisamente en un territorio como Santa Lucía, que será utilizado como símbolo del progreso, símbolo de cierta modernidad del siglo XXI, el arqueólogo y antropólogo mexicano expresa lo siguiente ante las preguntas del periodista Mario Bravo Soria: 
      —Nuestro país es muy rico en su arqueología. Alguna vez, un colega tuyo me preguntó: “¿Cuántas zonas arqueológicas hay en el país?” Le dije: “Mire, no se preocupe, es una sola y se llama México”. Es tal la riqueza que hay de esa presencia de lo antiguo y lo presente que realmente es impresionante. En este caso estamos hablando de una presencia… ¡imagínate!, de entre 7 y 10,000 años; además con esa abundancia de restos óseos de animales extinguidos, esto es muy importante. Ojalá se puedan preservar algunos de ellos en el lugar y que puedan apreciarse por el público.
      —Se dice que se construirá, quizá, una sala… una especie de pequeño museo contiguo al aeropuerto. ¡Menuda combinación entre progreso y prehistoria!
      Ríe.
      —Sí, como dices, no deja de tener su poesía. Ojalá así sea.
      —Finalmente, ¿cuáles serían para usted las posibles estrategias que pudieran seguirse para difundir realmente la magnitud de este hallazgo dentro de la población? No es cualquier cosa encontrar lo que apareció durante las excavaciones. ¿Cómo podría el INAH difundirlo para que el ciudadano mexicano sepa el valor del hallazgo?
      —El INAH tiene su coordinación de difusión, la cual tengo entendido ya ha circulado datos sobre este hallazgo. Sí sería bueno, claro, incrementarlos porque la población tiene que estar informada también de lo que es su pasado, sobre todo este que es un pasado remoto, del pleistoceno. Creo que la mejor manera es difundirlo por todos los medios.
      “Porque es parte de nuestra historia y la historia es de todos. Creo que es muy importante que, en general, la ciudadanía esté al tanto de lo que es su propia historia, sus antecedentes más remotos, sus antecedentes inmediatos; en ese aspecto la arqueología, en efecto, juega un papel muy importante. El otro día me preguntaban eso mismo y mi respuesta fue la siguiente: en virtud de que el futuro es incierto, mejor busquemos en el pasado”.
       Así, pareciera que surgirán más hallazgos históricos dentro del predio que albergará al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, donde antes hubo mamuts que movían sus pesadas corpulencias, y dentro de un par de años más volarán alados pájaros de metal.

Equipo
de especialistas trabajan para hallar más restos óseos

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