La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el exmandatario Donald Trump iniciaron su carrera hacia la Casa Blanca con un empate en la localidad de Dixville Notch, situada en el estado de New Hampshire y que desde los años sesenta es el primero en votar en cualquier proceso electoral en el país norteamericano.
Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión CNN, los dos aspirantes a la Presidencia estadounidense obtuvieron tres votos en las urnas, instaladas en un hotel tras la apertura a medianoche (hora local) del colegio electoral establecido a tal efecto.
Les Otten, una de las votantes, ha dicho que la publicación de estos resultados supone “una lección cívica para el país”. “Si podemos ayudar a que la gente entienda que votar es parte importante de sus derechos como ciudadanos estadounidense, quizá es la clave de lo que hacemos”, explicó.
Durante las últimas dos elecciones, los candidatos demócratas se hicieron con la victoria en Dixville Notch, donde Joe Biden se hizo con los cinco votos depositados. Por su parte, Hillary Clinton logró en 2016 cuatro de los siete votos emitidos, con dos para Trump y uno para el candidato libertario Gary Johnson.
Por otra parte, durante las últimas primarias del Partido Republicano, la victoria fue para Nikki Haley, quien logró los seis votos de los residentes en la ciudad. Sin embargo, Haley tuvo que apartarse de la carrera a la Casa Blanca ante la aplastante mayoría de apoyos con la que contaba Trump.
Los dos aspirantes necesitan el voto de 270 de los 538 compromisarios del Colegio Electoral para proclamarse ganador este 5 de noviembre, pero la disputa se juega en verdad en siete estados: Pensilvania (19 delegados), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Míchigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6).
Harris parece tener asegurado el apoyo de 226, por lo que necesita solo 44, y Trump parte con 219, según las previsiones de la cadena CNN.
El promedio de sondeos efectuado por la web FiveThirtyEigtht da a Harris una ventaja de 1.2 puntos, con el 48 % de las intenciones de voto, pero en los estados clave ese margen cuestiona esa hipotética victoria. En Pensilvania están empatados y en Carolina del Norte Trump está en cabeza por un solo punto.
La posibilidad de que se desaten episodios de violencia ha llevado al país a blindar no solo sus centros electorales y edificios simbólicos como la Casa Blanca. Algunos comercios y restaurantes han tapiado sus entradas.
La cúpula republicana sigue sin aceptar los resultados de 2020 y en este ciclo ha alentado de nuevo el fantasma del fraude. Este lunes el Comité Nacional Republicano, a modo de ejemplo, demandó a la comisión electoral de Milwaukee por el plan de la ciudad de reducir la presencia de observadores.
Unos 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas. De ellos, 80 millones han ejercido su derecho al voto por adelantado, según el recuento de la Universidad de Florida.
(Con información de Europa Press y EFE)
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