Arrollador, eléctrico y encantador. Mr. Styles tomó Madrid desde el primer minuto, e incluso antes, cuando sin haber salido al escenario todo el Wizink coreó ‘Best song ever’ de One Direction mientras los técnicos preparaban el escenario para la salida triunfal del ídolo inglés.
El Wizink Center lleno, y ambientazo a pesar de de usar toda la pista para colocar sillas que no usó nadie, todo el mundo permaneció de pie desde que Harry salió corriendo del backstage, saludó a todo el recinto y empezó a cantar ‘Music for a sushi restaurant’.
Harry Styles, en su concierto en Colonia
Tres minutos y la entrada pagada ya resultó barata. Se le nota maduro, capaz y explota como nadie un talento innato para el espectáculo que pocos tienen, y lo más llamativo es que no parece que haya tocado techo todavía. ‘Sign of the times’ ‘Watermelon Sugar’ y ‘As It was’ supusieron un cierre de velada estratosférico que culminó con ‘Kiwi’. Es innegable, dejó huella en Madrid.
El detalle del evento fue el saludo cómplice que dedicó a Palomo Spain, diseñador de parte de su vestuario en esta gira, y que se encontraba entre el público, vibrando, como un absoluto fan.