Los animales y los terremotos en algunos casos tienen relación. Debido a su sentido de la supervivencia, existen animales capaces de modificar sus comportamientos, algo que puede alertar sobre unos peligros inminentes. Entre los retos más grandes a los que la ciencia se enfrenta en su día a día está el de la predicción de los terremotos. Por desgracia todavía no hay nada que nos de una respuesta para poder reaccionar ante estos fenómenos que tantas desgracias causan.
Teoría de la predicción de los terremotos por los animales
Existen muchas teorías encargadas de descifras este enigma, hay una en particular que sigue teniendo vigencia y donde se observa una relación directa con el comportamiento que tienen algunos animales. Dicha hipótesis dice que perros, gatos, serpientes, vacas e incluso algunos insectos serían capaces de predecir un terremoto inminente, gracias a su sentido de supervivencia y a su forma extraña de actuar poco antes del movimiento telúrico.
A fin de dar con una mayor certeza sobre estos planteamientos, desde el Centro Alemán de Investigación en Geociencias GFZ se elaboraron un total de 180 estudios donde se detallan 729 informes de comportamiento extraño en más de 130 especies animales asociados a terremotos.
Los informes se obtuvieron gracias a tres terremotos de gran magnitud, caso de los sismos de Darfield, Nueva Zelanda en el 2010; el de 1984 en Nagano, Japón, y el que ocurrió en el 2009 en L’Aquila, Italia.
El resultado no fue del todo contundente, pues los datos diferentes y comportamientos aleatorios de los animales no dieron certeza, puesto que en algunos casos se llegó a comprobar que la percepción de los sismos sucedía segundos antes de que se produjera el terremoto y en otras incluso de producía meses antes.
De la misma forma ocurrió con la distancia entre los animales y el epicentro del sismo que podía variar y en donde solo 14 de los informes registraron observaciones de los animales durante el tiempo.
Al no haber casos claros que refuercen esta teoría, los investigadores han concluido que es realmente imposible comprobar que los animales nos puedan ayudar en caso de que vaya a producirse un sismo, pues su sensibilidad ante estos fenómenos, es posible que sea inmediata.
Podemos concluir que aunque los efectos de las reacciones de los animales se pueden producir por los cambios que ocurren antes del sismo, caso del aumento en intensidad de las corriente en las aguas subterráneas o en la liberación de gases del suelo, no ofrecen información sólida para la obtención de una solución científica.
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