Por su parte, Meyer sostuvo que en las protestas en Estados Unidos y México, hay una especie de 68, cuando el tema de un país repercute en otros porque tienen el mismo problema.
El nexo de las manifestaciones en Estados Unidos y México es el rechazo generalizado a la violencia por parte del Estado, señaló el académico Sergio Aguayo.
“En ambos casos, los excesos en el uso de la fuerza de algunos elementos policiacos provocan un rechazo unánime y, en ese sentido, inmediatamente viene a la memoria la debilidad de las corporaciones policiacas”, dijo en la Mesa Política de Aristegui en Vivo.
Aguayo refirió que en Estados Unidos hay una discusión muy intensa para corregir esta situación en la que, por momentos, algunos elementos policiales actúan más por una lógica propia que está ligada a su manera de ver al mundo y no a las órdenes que reciben.
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“En Minneapolis, se está hablando de desbandar la actual policía y crear una nueva, bajo nuevas reglas de acuerdo con la sociedad civil, porque ese es un rasgo que distingue a Estados Unidos a diferencia de México”, apuntó.
No obstante, dijo el analista, en México no se ve que haya un debate a profundidad sobre qué hacer con los agentes de municipios y estados, y sobre qué tanto están controlados, disciplinados y sometidos a las órdenes que reciben de las autoridades civiles.
Al mismo tiempo, comparó las respuestas de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, y Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México.
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“En México, hay una crítica muy generalizada al tono, a las acusaciones que lanzó sin tener todavía todos los elementos de juicio, Enrique Alfaro. Acusar la mano negra de Ciudad de México sin dar la evidencia, es tan condenable como lanzar acusaciones sobre la parcialidad de los medios de comunicación sin dar elementos. Sin embargo, la reacción de Claudia Sheinbaum me pareció adecuada, con cierta mesura, pero anunciando algunas medidas”, apuntó.
Para Aguayo queda la gran duda sobre si en México realmente hay grupos políticos opositores al gobierno de Jalisco o de la capital que desde ahora quieren crear problemas anticipándose a las elecciones de 2021.
Asimismo, refirió que Alfaro mencionó la presencia de grupos del crimen organizado que presuntamente estaría infiltrados en la policía y que utilizarían estas oportunidades para meterse y crear desorden o grupos de supuestos anarquistas que también usarían estas oportunidades para infiltrarse.
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Por lo anterior, opinó que es urgente que en ambas entidades se nombren comisiones independientes que establezcan de manera clara hasta qué punto hay una deficiencia estructural de las corporaciones policiacas y hasta qué punto fueron grupos infiltrados sean políticos o el crimen organizado o grupos anarquistas.
“Sería un error no utilizar esta oportunidad para aclarar qué pasa en ese terreno”, comentó.
Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer consideró que hay algo en la atmósfera mundial que liga pandemia del coronavirus con las protestas que se han visto en diversas naciones.
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“No creo que sea accidente que las protestas se agudicen como nunca en Estados Unidos y algo aquí en México con este fenómeno mundial de la pandemia. En Estados Unidos, se trata de explicar esto, todavía de manera tentativa, con el estado de ánimo muy alterado, sobre todo entre los jóvenes por el encierro”, dijo.
Asimismo, sostuvo que en las recientes protestas en Estados Unidos y México, hay una especie de 1968, cuando los ciudadanos comenzaron a movilizarse, primero en Estados Unidos y luego tuvieron eco en países europeos, para después llegar al país.
“Cuando digo que esto me parece un poco al 68 es por esa capacidad de que un tema que sale en un país repercute en otros porque tienen el mismo problema, no exactamente de las mismas dimensiones, pero en el fondo muy parecido y, entonces, sirve de disparador. Es obvio que la policía y disciplina no van en el mismo camino, en el caso de la policía cada quien se va por su lado cuando le conviene, es la tónica”, abundó.
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Meyer estimó que el caso de Minneapolis, en donde el policía Derek Chauvin mató al ciudadano afroamericano George Floyd tras asfixiarlo con su rodilla en el cuello, sirvió como un disparador en un entorno en donde ya había mucha crítica al problema racial y de clases.
“Está desde luego Hong Kong, que estaba antes y sigue ahora; está Chile, que estaba antes y sigue; está Brasil y estamos nosotros. Una situación no tan aguda como la de otros países, pero en general es un fenómenos mundial… La pandemia pone de manera más clara, las fallas enormes de la estructura social”, manifestó.
Meyer también criticó la postura de Enrique Alfaro, pues indicó que si bien algunos lo han llamado “uno de los posibles líderes del recambio del liderazgo”, con lo sucedido en las calles de Guadalajara, en donde una protesta por la muerte de Giovanni López terminó en conato entre ciudadanos y policías estatales.
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“Pues no se vio muy apto para controlar ya no el país, que es lo que pretende, no puede controlar su estado, pero no solo eso, no puede controlar esos instrumentos de fuerza del Estado que es la característica más interesante de la política. Detrás de toda decisión política, por más alejada que parezca, que es de aspectos culturales, está la fuerza del Estado que en última instancia es la que impone las cosas”, expuso.
“El tema de las policías y el de la pandemia se unieron, es un accidente, casualidad, pero el resultado es esa enorme manifestación internacional en contra del tipo de ejercicio de la fuerza que se usa contra los ciudadanos por parte de las policías”, concluyó.
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