La sandía es una de las frutas más consumidas en verano por mayores y pequeños. Además de un gran poder hidratante, tiene multitud de beneficios para la salud: favorece la digestión, reduce la presión arterial, ayuda en la quema de grasa, etc. Ahora bien, no podemos negar que cortar la sandía es una tarea un poco complicada, aunque a partir de ahora va a ser muchísimo más sencilla con el nuevo cortador de Amazon que ya se ha hecho viral en redes sociales.
Se trata de un utensilio muy parecido al cuchillo, pero más grande. Cuenta con dos filas de aspas para cortar, lo que facilita que la sandía se parta en varios trozos. Incluso tenemos la opción de cortar la fruta en trozos pequeños y simétricos. Una de las principales ventajas de utilizar este cortador, además de eliminar el riesgo de cortarnos con el cuchillo, es que podemos aprovechar al máximo la sandía.
Permite rebañar la fruta hasta que toque la piel, algo que con el cuchillo es muy difícil. Un cortador 100% práctico y que incluso podemos llevarnos a la playa o al campo si vamos a pasar el día fuera de casa porque no ocupa mucho espacio. Con este utensilio, ya no tendremos que sufrir más dejándolo todo perdido y que los trozos sean un desastre.
Las claves para elegir una buena sandía
Para saber si la fruta ha madurado correctamente, debe tener una mancha de color amarillo pálido en un de los extremos. La corteza tiene que ser uniforme no presentar grietas, golpes ni deformaciones.
La piel de la sandía tiene que ser más bien de color oscuro y no tener brillo. Cuanto más oscura sea y menos manchas verdes de distintos tonos tenga la sandía, más madura estará y, por lo tanto, tendrá más sabor y estará más jugosa.
Uno de los mejores trucos para saber si está madura consiste en darle unos golpes ligeros con los nudillos a la pieza. Si el sonido es seco y hueco, significa que se encuentra en su punto óptimo. Si, por el contrario, el sonido es mu flojo, no deberíamos comprarla.
Una vez en casa, podemos conservar la sandía a temperatura ambiente, en un lugar oscuro y sin luz, durante una semana. Una vez abierta, la cubrimos con papel film y la guardamos en la nevera unos tres o cuatro días.