Seguro que aún guardas, aunque sea un vago recuerdo de esas lecciones acerca de los meridianos y paralelos del colegio, esas líneas imaginarias que rigen en mundo y que podemos llegar a describir muy por arriba, pero en las que hoy pretendemos centrarnos para saber más sobre ellas.
Lo primero que debemos señalar, sobre todo pensando en aquellos que suelen confundirlos entre sí, es que los meridianos son las líneas imaginarias verticales, siempre en forma de semicírculo, que recorren el planeta de polo a polo, mientras que los paralelos cruzan aquellos transversalmente.
Asimismo, hay que tener en cuenta que cada meridiano y paralelo cuenta con un antimeridiano y antiparalelo, que son los que completan la circunferencia del planeta.
Por distintas razones, los meridianos suelen ser más populares que los paralelos, y en particular el de Greenwich tiene una fama notable, no sólo por ser el meridiano 0°, sino además porque, de alguna forma, ubicarlo allí representa un símbolo del inicio de las civilizaciones modernas.
Esto también nos da la pauta de que los meridianos se enumeran por grados, que van de los 0° hasta los 180°, girando de Este a Oeste hasta completar esos 360° totales de la circunferencia terrestre.
¿Para qué sirven meridianos y paralelos?
Desde su instauración, y a lo largo de la historia de la humanidad, meridianos y paralelos han tenido distintos usos si bien, básicamente, están allí para medir distancias útiles en diversas circunstancias.
La combinación de meridianos y paralelos da lugar a los sistemas de coordenadas, que desde el comienzo de la navegación marítima posibilitaron esta actividad, transformándose luego en fundamentales para el tráfico aéreo y, cada vez más, para el transporte por vía terrestre.
Por otro lado, los meridianos son los responsables de que cada país tenga un huso horario, o varios husos horarios, diferentes de los de otras naciones, y de acuerdo a su localización geográfica. Explica esto por qué, en España, hay un horario para el continente y otro para las Canarias.
Claro que esa decisión corre por cuenta de los gobiernos, y vemos casos como el de China, que comparte un huso horario único para todo su territorio a pesar de lo extenso que resulta, alternativa opuesta a la de los Estados Unidos o Rusia, que disponen de varios husos horarios locales.
Por lo general, se apuesta a un máximo aprovechamiento de la luz solar y al ahorro de energía, y eso resuelve el enigma de los cambios de horario que países como España realizan todos los años.
ecesite luz y nuestra atención, puesto que el ahorro energético es excelente y mayúsculo.
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