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Hoteles y restaurantes pierden trabajadores

Un camarero atiende unas mesas este jueves en un bar de Sevilla.PACO PUENTES / EL PAÍS

La estadística es a veces como el impresionismo. Unos pocos trazos vistos con perspectivas permiten descubrir un cuadro en plenitud. Algo de esto ocurre con el aluvión de cifras de la encuesta de población activa (EPA). Si se sigue el camino de los números el panorama que se dibuja es que 2020 ha sido el año negro para los hoteles y la restauración.

De los 623.000 puestos de trabajo que se destruyeron el año pasado en España, casi 400.000 empleos correspondían al sector de la hostelería, según refleja la estadística del número de ocupados por rama de actividad publicada este jueves por el INE. Es decir, que casi dos de cada tres empleos destruidos el año pasado fueron básicamente en hoteles o restaurantes. En concreto en “servicios de alojamiento” se perdieron 127.700 empleos y el número de trabajadores empleados en el epígrafe “servicios de comidas y bebidas” se redujo en 267.300 personas, un descenso del 33% y del 20% respectivamente.

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El otro gran sector que sufrió una hemorragia de empleo durante el año pasado a causa de la crisis del coronavirus fue “el comercio al por mayor y al por menor”, un sector donde se destruyeron 133.900 puestos de trabajo. El sector del transporte terrestre y suburbano también recibió un fuerte vaivén por la pandemia, según la estadística oficial, al igual que todas las actividades “artísticas, recreativas o de entretenimiento”, donde se perdieron 45.000 puestos de trabajo, un descenso del 11% respecto al año precedente.

También se perdieron 68.600 empleos en la industria manufacturera, un 2,7% menos. La estadística refleja que los ocupados en “actividades administrativas y servicios auxiliares” se redujeron en 42.200, pero al ser un colectivo mucho más numeroso la variación porcentual es mucho menor (-4%). La irrupción del teletrabajo ha contribuido a que muchas empresas, sobre todo de este ámbito, puedan mantener los empleos a distancia. De hecho, casi uno de cada 10 empleados estuvo trabajando a distancia desde su casa durante el último trimestre del año. Las empleadas domésticas también sufrieron los rigores de la pandemia y 17.400 de estas empleadas perdieron su trabajo durante el año pasado.

Pero hay actividades que aumentaron el número de trabajadores. Entre ellas destacan las relacionadas con los servicios sanitarios donde aumentó la ocupación en 60.300 personas debido a las políticas autonómicas para reforzar las plantillas de hoteles y centros de salud para poder atender a los enfermos del coronavirus.

El sector de la educación también fue de los que contrató más personal para apoyar las clases telemáticas y poder mantener el curso académico. Otras actividades como la de seguros o actividades financieras aumentaron sus plantillas.


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