https://elpais.com/internacional/2022-11-07/bruselas-advierte-a-italia-del-deber-moral-y-la-obligacion-legal-de-salvar-a-los-migrantes-en-el-mar.html

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La Comisión Europea ha recordado este lunes al nuevo Gobierno italiano que los Estados miembros tienen el “deber moral” y la “obligación legal” de rescatar a los migrantes en el mar, independientemente de las circunstancias en las que hayan llegado allí. Mientras, cientos de personas siguen esperando a bordo de barcos de rescate cerca de puertos italianos sin que las autoridades italianas les permitan desembarcar. El caso, que ejemplifica la política de línea dura sobre inmigración de la nueva primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha desencadenado las tensiones entre Roma y las organizaciones humanitarias, los barcos de rescate —uno de los cuales tiene bandera alemana— y Berlín. Italia, que el domingo finalmente hizo algunos desembarcos de personas seleccionadas, reclama que los países de bandera de las naves de salvamento se hagan cargo de la distribución de los migrantes.

El Ejecutivo comunitario, que insiste en que no tiene competencias para decidir sobre las operaciones de rescate en el mar ni para identificar los lugares de desembarco, ha apuntado este lunes que sigue muy de cerca la situación de los 573 migrantes que esperan para bajar a tierra desde cuatro barcos frente a puertos italianos, según sus datos. “En línea con las normas internacionales, se debe hacer todo lo posible para garantizar que se minimice el tiempo de permanencia de las personas a bordo de estos barcos”, ha apuntado una portavoz para Asuntos Interiores e Inmigración de la Comisión Europea. Además, alrededor de 500 personas más —entre ellas, niños— han sido rescatadas en las últimas horas y ya están en Sicilia, según ha informado la alcaldesa de Siracusa a la agencia France Presse. “Primero serán examinados por los médicos, luego serán identificados por la policía y posteriormente serán trasladados a los centros de acogida”, ha señalado Giuseppa Scaduto.

Bruselas, además, ha instado a los Estados miembros a cooperar y a que asuman sus obligaciones legales para garantizar los rescates en el mar. Una portavoz del Ministerio de Exteriores de Alemania, que ya ha chocado con el Ejecutivo de Meloni al reclamarle que deje entrar “rápidamente” a los migrantes rescatados, ha comentado este lunes que el Gobierno alemán está en conversaciones con el italiano sobre el estatus legal de los migrantes. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) han instado este lunes a Italia a que desembarque “sin demoras” a las personas varadas.

La situación a bordo es tensa, desesperada para algunos migrantes que llevan más de una semana sin pisar tierra firme y para la tripulación, que está echando un pulso a Italia y ha puesto un recurso en un tribunal contra la decisión del Ejecutivo de Meloni.

La política migratoria del Gobierno de la ultraderechista comenzó a ponerse en práctica el viernes, cuando su ministro del Interior, Matteo Piantedosi, anunció que permitirían solo desembarcos selectivos de las naves de las ONG que entrasen en aguas territoriales. Es decir, Italia solo aceptará acoger temporalmente a pasajeros de dichas embarcaciones que requieran de ayuda humanitaria como mujeres embarazadas, niños o enfermos. El resto deberá permanecer en la nave de turno y volver a aguas internacionales. El primer intento no ha salido como el Ejecutivo esperaba, y las dos primeras naves que llegaron al puerto italiano rechazaron volver a zarpar después de que el pasaje considerado “frágil” desembarcase. Otros dos barcos esperan instrucciones en alta mar.

El sábado desembarcó parte del pasaje del Humanity 1, de bandera alemana. Italia permitió que 155 inmigrantes de los 179 que habían sido rescatados pudieran pisar tierra firme. El resto, unos 24 hombres adultos sin problemas médicos, siguen dentro de la nave, atracada en el puerto. También se efectuó un desembarco selectivo en el Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras (MSF), del que bajaron 357 personas, en su mayoría mujeres y niños, mientras quedan en el barco 215 náufragos.

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Tres de ellos se lanzaron este lunes al agua del puerto siciliano de Catania después de que las autoridades italianas se negaran a permitir su desembarco. Los tres hombres salieron del mar por sus propios medios; y dos permanecían en la tarde del lunes sentados en el muelle central del puerto y se negaban a volver a embarcar, según explicó Efe. El otro regresó a bordo y explicó que se había tirado al agua para ayudar a los otros dos.

Los inmigrantes han colgado varias pancartas en la cubierta del barco en las que puede leerse “Help us” (ayudadnos), mientras que dos decenas de activistas han acudido al puerto a gritar “vergüenza o libertad”.

La medida adoptada por el Ejecutivo de Meloni busca presionar a la Unión Europea y a los países que señala la bandera que portan los barcos de las ONG para que se responsabilicen de la distribución de los migrantes en otros países. El papa Francisco, poco sospechoso de estar alineado con los postulados de la ultraderecha en materia de inmigración, subrayó el domingo en su viaje de vuelta de Baréin a Roma: “La política migratoria debe ser consensuada con todos los países de la UE, que debe tomar medidas en esta situación, con una política de colaboración y de ayuda, porque no puede dejar solos, y con toda la responsabilidad de los migrantes que llegan, a España, Chipre, Italia y Grecia”.

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