Un día antes, Lynch le dijo a Sky News que se debería haber llegado a un acuerdo en diciembre, cuando el índice de precios minoristas, una medida de la inflación, estaba en alrededor del 7 por ciento. Desde entonces, la tasa anual se disparó hasta el 11,1 por ciento en abril, la más alta desde 1982. El último aumento salarial ofrecido por los operadores de trenes es mucho más bajo que eso.
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En una reunión de gabinete el martes, el Sr. Johnson culpó al RMT y dijo que el sindicato quería forzar aumentos inaceptables en las tarifas de los pasajeros y preservar las prácticas laborales que datan de la época victoriana.
“Necesitamos que los líderes sindicales se sienten con Network Rail y las compañías ferroviarias y se pongan manos a la obra”, dijo el primer ministro. “Tenemos que prepararnos para mantener el rumbo. Para mantener el rumbo, porque estas reformas, estas mejoras en la forma en que operamos nuestros ferrocarriles, son de interés para el público viajero”.
El secretario de transporte de Johnson, Grant Shapps, desestimó las huelgas como un “truco”. En declaraciones a Sky News, dijo que si el gobierno interviniera en las conversaciones, “no resolvería nada; de hecho, empeoraría las cosas”.
Las señales de la interrupción proliferaron el martes por la mañana. En Clapham Junction, en el sur de Londres, los pasajeros que esperaban los trenes al aeropuerto de Gatwick dijeron que se habían dado varias horas extra para realizar sus vuelos.
“Tuvimos que levantarnos a las 6:30 esta mañana para tomar un vuelo a las 3 de la tarde”, dijo Tim Tredwin, de 24 años, quien trabaja para una floristería y volaba a Nueva York de vacaciones. En el trabajo, dijo, muchos clientes llamaron para cancelar las entregas de la oficina en los días previos a la huelga porque sabían que muchas personas trabajarían desde casa.
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