En el Alcoraz, Huesca y Villarreal evidenciaron por qué son los reyes de la igualada. Ambos equipos han empatado diez partidos, la mitad de los disputados en LaLiga sumando el 0-0 final, un resultado que reflejó lo poco que sucedió en el verde. Solo hubo una ocasión para los de Emery en 93 minutos de juego. Ninguna tuvo los oscenses. Ni lo intentaron. Diez empates para dos realidades opuestas. Punto a punto no le da al Huesca para dejar el farolillo rojo y atisbar la salvación con una sola victoria en su haber.
“Quizás no sea suficiente, pero hay que valorarlo jugando contra un equipo como el Villarreal”, se conformó Álvaro Fernández, el portero oscense, que solo tuvo que intervenir para detener un remate franco de Moi Gómez. Asenjo ni utilizó los guantes. “Nos ha faltado arriba chispa, nos ha faltado ambición. Es un punto que nos sabe a poco”, reconoció el guardameta palentino enfadado con lo sucedido, al igual que Emery y el Villarreal, cuyas aspiraciones de lograr plaza de Champions se frenan con tantos empates. El colista Huesca le ha robado cuatro puntos en sus dos enfrentamientos.
Las ausencias de Gerard moreno y Chukwueze, sumadas a las bajas de última hora de Foyth y Jaume Cota, el escenario y el rival, aconsejaron a Emery a adaptarse a las circunstancias, cambiando el dibujo táctico con tres centrales y la entrada de Funes Mori en la defensa. Mutación de esquema pero nunca de proceder en el Villarreal, siempre con el esférico en su poder, protegido el nuevo Huesca de Pacheta. El nuevo técnico dejó en el banquillo a Mikel Rico y Rafa Mir, mermado también el conjunto oscense al no poder disponer de seis de sus efectivos.
Mandaba el Villarreal con más paciencia que ritmo, a la espera de encontrar líneas de pase y soluciones en ataque, conservador el Huesca sin anunciar noticias cerca del área de Asenjo. Un contexto que derivó en un atasco. Nada sucedía y, asomando el descanso, en una acción de otro partido, Bacca se inventó una rabona que fue a estrellarse en el palo izquierdo de Álvaro Fernández, un plástico gesto del colombiano que de poco habría servido; la jugada fue anulada por fuera de juego.
Al poco de iniciarse la segunda mitad, una rápida transición del Villarreal concluyó con un remate centrado de Moi Gómez, con todas las posibilidades del mundo para marcar, desviando a córner Álvaro Fernández. El choque parecía tomar otro cariz, pero fue un espejismo. Pacheta, de una tacada, retiró a su trío de ataque para dar entrada a Mikel Rico, Sergio Gómez y Rafa Mir. Más atrevido, Emery optó por introducir desequilibrio con la incorporación de Yeremi Pino, y gol con Paco Alcácer y finalmente sumándose Fer Niño. El nudo siguió. El Villarreal buscando resquicios y el Huesca sin concederlos.
Source link