Los huevos son uno de los alimentos más consumidos a nivel global por su versatilidad en la cocina y su amplio abanico de beneficios para la salud. A la hora de consumir los huevos es importante fijarse muy bien en la cáscara para comprobar que no tenga manchas ni protuberancias de ningún tipo. No hay que olvidar que los huevos y las salsas elaboradas con ellos, como por ejemplo la mayonesa, pueden provocar intoxicaciones alimentarias si se encuentran en mal estado.
Seguro que en alguna que otra ocasión nos hemos encontrado con huevos cuyas cáscaras presentan manchas de color marrón oscuro. Es lo que se conoce como «huevo moteado», y forma parte de su fisiología.
Pero, ¿por qué se forman estas manchas en la cáscara de los huevos? La explicación es muy sencilla. Cuando el huevo pasa por el oviducto de la gallina, el órgano encargado de procesar la yema y añadir la cáscara, gira. Cuando el huevo gira demasiado despacio, aparecen las manchas de color marrón oscuro.
Es algo completamente normal, así que si nos encontramos con un huevo con estas manchas, podemos consumirlo sin ningún tipo de problema.
Señales que indican que el huevo está malo
Hay varias señales a las que debemos prestar atención para saber si el huevo que vamos a cocinar no se encuentra en buen estado.
La forma más sencilla de saber si el huevo es apto para su consumo es introduciéndolo en un vaso grande de agua fría. Si el huevo se hunde, está fresco. Si se mantiene en la superficie, es probable que esté podrido.
Otra técnica muy útil es agitar el huevo con cuidado al lado del oído. Si está bueno no se oye nada porque la yema está perfectamente fijada en el centro de la clara. Si por el contrario se oye un ‘chuf chuf’ como si la yema rebotara de un lado a otro de la cáscara, es una mala señal.
Si al romper el huevo observamos que la yema tiene algo negro o está sólida y pegada en el interior de la cáscara, está podrido.
En base a la normativa de la Unión Europea, para que un huevo se pueda comercializar, tiene que cumplir una serie de requisitos obligatorios:
- La cáscara tiene que estar intacta y limpia.
- La clara no debe presentar manchas y ser transparente. En cuanto a su consistencia, tiene que ser gelatinosa.
- La yema debe ser visible únicamente al trasluz como una sombra.
- No debe haber olores extraños.
- Al agitar el huevo, no se oye ningún ruido en su interior.
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