Siempre gallardo y provocativo, también con ese punto acentuado de engreimiento que ya ha adquirido su personaje, Zlatan Ibrahimovic anunció a su manera la vuelta a la selección sueca tras cinco años de ausencia. “El regreso de Dios”, escribió en las redes sociales junto a una foto en la que se le ve con el 10 de Suecia. El delantero, de 39 años, competitivo como pocos, ha sido convocado para los próximos encuentros clasificatorios del Mundial de Qatar contra Georgia (25 de marzo) y Kosovo (28), además del amistoso final ante Estonia (31). La tregua con el seleccionador Janne Andersson ha sido un éxito.
Resulta que la relación de Ibra con el técnico fue bastante tensa desde el inicio y solo duró un curso, pues el delantero abandonó la selección después de caer en la Eurocopa de 2016 sin lograr triunfo alguno. “Mi historia con la selección terminó. Pude haber hecho más, pude haber hecho menos, pero mi tiempo con ellos llegó a su fin. De cualquier manera, sería hermoso si Suecia llega al Mundial”, declaró el delantero. Y dio en la diana porque la selección superó la repesca y llegó a los cuartos de final. “Hemos sabido adaptarnos sin él”, respondía Andersson, molesto en cualquier caso; “ha pasado un año y medio sin que esté con nosotros y no hay día que no se me pregunte por Zlatan”. Entre otras cosas, porque el delantero ponía salsa al asunto.
Hace dos cursos, cuando acudió a Malmoe para inaugurar una estatua suya que le regalaba la Federación al considerarle el mejor de su historia, soltó: “¿A cuántos inmigrantes seleccionó en la primera convocatoria? A nadie. Se lo preguntaron y gimoteó. Luego, ya llamó a otros de distintos orígenes para ser políticamente correcto”. Palabras que no tuvieron eco en el grupo ni en el país, que incluso repudió la vuelta del ariete. Más adelante, cuando el equipo perdió el primer duelo de la Liga de las naciones ante Francia, se expresó en las redes sociales al tiempo que se veía una foto del entrenador: “Qué jodida broma. Otra prueba. Gente incompetente en puestos equivocados que asfixian al fútbol sueco”.
Los rifirrafes mantuvieron firme a Andersson en su convicción de que nunca lo convocaría si no lo pedía el jugador. Y así ocurrió, a través de una entrevista en Italia. Suficiente para que el técnico viajará a Milan y se encontrara con el jugador. E, iniciadas las conversaciones, todo se arregló porque Ibra vuelve a abrazar a Suecia. No es un reto menor para el delantero, que en caso de jugar se convertirá en el jugador más longevo en defender la camiseta de Suecia, hasta ahora registro de Thomas Ravelli. “Ibrahimovic es el mejor jugador que hemos tenido en Suecia y además de lo que puede aportar en el campo, tiene una experiencia increíble y puede aportarla a otros jugadores del equipo”, resolvió Andersson al dar la lista de convocados.
Zlatan ha disputado 116 partidos con Suecia -lejos de los 148 que firmó el centrocampista Anders Svensson- y es con diferencia el máximo goleador con 62 dianas por las 49 que autografió Sven Rydell hace aproximadamente un siglo. Su próximo gran objetivo, en cualquier caso, es la Eurocopa del próximo verano, donde el conjunto escandinavo se cruzará con España en la fase de grupos. Es probable que Ibra -16 goles en 21 encuentros con el Milan, por más que lleve cuatro en el dique seco por molestias musculares- esté delante y sea de nuevo la piedra angular del equipo, compañero en la delantera de Isak (Real Sociedad) y Quaison (Mainz). Ibra está de vuelta.
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