Netflix estrenó el pasado viernes Identidad desbloqueada, un filme surcoreano en el que la vida de una joven protagonista da un giro de 180 grados cuando su móvil extraviado termina en las manos de un hombre peligroso que lo utiliza para controlar todos sus movimientos. Este thriller de 117 minutos supone el estreno de la dirección de Kim Tae-joon, pero el tema del teléfono móvil como centro vehicular para que avance una trama ya se ha visto en otras películas. Repasamos algunos de los largometrajes más llamativos en los que el Smartphone es el protagonista:
‘Perfectos desconocidos’
El remake de la cinta italiana homónima que dirigió Alex de la Iglesia, fue un éxito total en la taquilla española. Perfectos desconocidos cuenta la historia de una cena entre cuatro parejas que se conocen de toda la vida y que proponen un juego que pondrá encima de la mesa sus peores secretos. Cada vez que uno de sus smartphone suene, deben atender en voz alta todos los mensajes, incluso las llamadas Está protagonizada por estrellas del cine español como Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega y Pepón Nieto entre otros.
‘Hombres, mujeres y niños’
Dirigida por Jason Reitman y adaptando la novela de Chad Kultgen, este drama de historias cruzadas y adolescentes investiga el efecto de internet en los alumnos de secundaria y sus padres. Pornografía, blogs y redes sociales en escrutinio y sobre todo, lo sencillo y rápido que e su acceso a través de un Smartphone.
‘Cellular’
Remake de un filme hongkonés llamado Connected. Esta adaptación estadounidense contó con un gran reparto que coprotagonizan Chris Evans y Kim Basinger. El villano (Jason Statham) ha secuestrado a una mujer y busca a su marido y sus hijos. Por suerte tiene un móvil con el que consigue llamar a un joven completamente desconocido. Ponerse en contacto supondrá un riesgo, pero también el único camino para el recate de la mujer. Desgraciadamente, las baterías no durarán para siempre.
‘Enterrado’
El elogiado trabajo de Rodrigo Cortés consiguió dejarnos sin aliento, a través de un ejercicio de estilo en el que durante una hora y media estábamos con Ryan Reynolds en un ataúd. Este ha sido enterrado vivo y su única manera de sobrevivir es un teléfono que a duras penas tiene cobertura. Fue un auténtico fenómeno en nuestras salas y su making-off es una delicia. También supuso muy revolucionaria su manera de recurrir al uso del smartphone.
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