La Iglesia Católica Portuguesa pidió este viernes perdón a las víctimas de abusos sexuales después de que una comisión independiente determinara que hay al menos 4 mil 815 testimonios validados, ocurridos en su mayoría entre los años 1960 y 1990 en distintas instituciones religiosas.
“Con dolor, una vez más, pedimos disculpas a todas las víctimas de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica en Portugal. Esta (disculpa) se hará pública el próximo mes de abril, aquí en Fátima, durante la próxima asamblea plenaria”, indicó la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) en un comunicado.
Además, ofreció apoyo a los fieles y sacerdotes de la Iglesia que “están sufriendo los impactos” de la investigación. “Les expresamos nuestra cercanía y aliento en la esperanza de que estas circunstancias nos impulsen a la renovación de la Iglesia misma”, agregó, informó el diario ‘Público’.
Asimismo, la CEP manifestó en su comunicado “tolerancia cero hacia todos los abusadores y hacia aquellos que, de alguna manera, encubrieron los abusos practicados dentro de la Iglesia Católica”. “Las heridas infligidas a las víctimas son irreparables”, agregó.
José Ornelas, el presidente de la CEP y obispo de Leiria-Fátima, explicó en rueda de prensa que se creará un grupo específico para apoyar a las víctimas, integrado dentro del Equipo de Coordinación Nacional de las Comisiones Diocesianas de Protección de Menores y Adultos Vulnerables.
Así, precisó que este grupo estará formado por “personas que no forman parte de la jerarquía de la Iglesia”, pero que tiene un “punto de comunicación directa con la comisión”. “Nuestro objetivo es tener credibilidad con las víctimas”, sentenció.
Otra de las medidas planteadas será ofrecer un seguimiento psicológico y espiritual a las víctimas si así lo desean. “Las diócesis serán las encargadas del seguimiento psicológico de las víctimas que así lo deseen”, anunció, aunque no contempla medidas para detectar casos dentro de sus instituciones.
Por otro lado, explicó que las listas de los más de 100 presuntos abusadores fueron debidamente entregadas a las respectivas diócesis, aunque al ser preguntado por la prensa de si esos nombres podrán ser retirados de la Iglesia, Ornelas afirmó que “es cada obispo quien tiene que tomar las medidas a la luz de las normas civiles y canónicas”.
“No puedo sacar a una persona del ministerio solo porque una persona dice que esa persona abusó de alguien (…) Hasta que no se demuestre mínimamente, no puedo. Sacar a alguien es una cosa seria”, valoró, agregando que desconocen cuántos de esos que aparecen en la lista están en activo.
Esto se produce después de que la comisión estimara el pasado 13 de febrero que hay al menos 4.815 víctimas. En concreto, el cuerpo ha validado 512 testimonios de víctimas de abuso sexual, de un total de 564 testimonios recibidos.
Según el informe, los abusadores son en su mayoría hombres y el 77 por ciento eran sacerdotes. El mayor número de casos se produjo entre las décadas de 1960 y 1990, con “una cuarta parte del total denunciados entre 1991 y la actualidad”.
En cuanto al lugar donde se cometieron, el documento apunta a seminarios, internados e instituciones de acogida de la Iglesia Católica, confesionarios, sacristías y la casa del párroco.
Además, el informe señala que la edad promedio de las víctimas cuando comenzó el abuso era de 11,2 años. La comisión también ha revelado que la mayoría de los niños fueron abusados más de una vez y el 27,5 por ciento de los abusos duraron más de un año.
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