La Iglesia católica mundial está dividida sobre si permitir a las mujeres servir como diáconos, según un documento que el Vaticano mostró el martes, apenas unas semanas después de que el Papa Francisco descartara cualquier apertura sobre el tema.
Dar a las mujeres un papel más importante en la Iglesia dominada por los hombres es uno de los temas de debate en una cumbre de obispos conocida como el sínodo.
El año pasado se celebró una primera sesión, no concluyente. El martes, el Vaticano hizo público un documento de trabajo que servirá de base para los debates de la segunda y última sesión, que se celebrará en octubre.
Mientras algunas Iglesias locales piden que las mujeres sean admitidas en el ministerio diaconal, otras reiteran su oposición.
Tras señalar que las mujeres diáconos no figurarán en el orden del día del sínodo, afirmó que “la reflexión teológica (sobre la cuestión) debe continuar, en un plazo adecuado y de las formas apropiadas”.
Los diáconos, como los sacerdotes, son ministros ordenados y, como en el sacerdocio, deben ser hombres, según lo dicta la Iglesia actualmente. Las mujeres diáconos existieron en el cristianismo primitivo, pero no está claro qué papel desempeñaban. Actualmente no pueden celebrar misa, pero pueden predicar, enseñar en nombre de la Iglesia, bautizar y celebrar bodas, velatorios y funerales e incluso dirigir una parroquia.
Sin embargo, el documento vaticano subraya la necesidad de “dar un reconocimiento más pleno” a las mujeres en la Iglesia, afirmando que “en virtud del bautismo, gozan de plena igualdad”.
Conocido como “Instrumentum laboris”, el documento fue presentado tras consultas con conferencias episcopales nacionales e instituciones y asociaciones católicas de todo el mundo.
Volviendo a otro tema candente, el texto no incluía ninguna referencia específica a las personas LGBTQ+, pero pedía más inclusividad.
En una entrevista con el programa “60 Minutes” de la cadena estadounidense CBS, grabada en abril y emitida en mayo, el Papa Francisco respondió con un “no” rotundo a la pregunta de si estaba abierto a las mujeres diáconos.
Pero añadió que las mujeres desempeñan a menudo funciones parecidas a las del diácono, sin tener formalmente ese título. “Las mujeres prestan un gran servicio como mujeres, no como ministras”, dijo.
Mayor transparencia y “rendición de cuentas” ante escándalos sexuales
El Sínodo estudiará también “procedimientos eficaces” de “rendición de cuentas” ante escándalos sexuales o financieros, según reza el texto preparativo presentado este martes.
El papa Francisco decidió que el Sínodo de Obispos sea en realidad un “proceso” de escucha desde 2021 centrado en la Sinodalidad, es decir, la unidad de la iglesia, y por esa razón cuenta por primera vez con laicos y mujeres con derecho a voto.
Este “camino” ha sido articulado en etapas desde 2021 y, tras la reunión del año pasado en Roma, llega ahora al segundo y último encuentro, este octubre, para después brindar unas conclusiones que serán presentadas presumiblemente durante el 2025, Año Santo.
“En nuestro tiempo, la petición de transparencia y rendición de cuentas en la Iglesia y por parte de la Iglesia se ha impuesto por la pérdida de credibilidad debida a los escándalos financieros y, sobre todo, a los abusos sexuales y de otro tipo a menores y personas vulnerables”, se lee en el documento.
Y agrega: “La falta de transparencia y de formas de rendir cuentas alimenta el clericalismo, que se fundamenta en la creencia implícita de que los ministros ordenados no deben rendir cuentas a nadie en el ejercicio de la autoridad que les fue conferida”.
El Sínodo considera que la Iglesia necesita reparar este tema y el documento llama a “promover la confianza recíproca” para que vuelva a “caminar unida”.
Este ‘Istrumentum Laboris” cree “necesaria” la creación de “estructuras y formas de valoración regulares del modo en el que se ejercen las responsabilidades ministeriales de todo tipo” y “construir formas y procedimientos eficaces de transparencia y de rendición de cuentas”.
Estos mecanismos deberán adaptarse a “la variedad de contextos, a partir del cuadro normativo civil, de las expectativas de la sociedad y de la efectiva disponibilidad de competencias sobre el tema” en cada iglesia o institución católica del planeta.
Asimismo considera “necesario” garantizar varias cuestiones, como “un informe anual” que ilustre, entre otras cosas, las iniciativas tomadas en materia de ‘safeguarding‘, es decir, de protección de los menores y personas vulnerables, así como de acceso a las mujeres a posiciones de responsabilidad, otro punto clave del documento.
En materia de transparencia económica, el ‘Istrumentum Laboris‘ plantea la publicación de informes financieros anuales, en la medida posible certificados por revisores externos, y la implicación de los fieles en la planificación de las cuentas eclesiásticas.
(Con información de EFE y Reuters)
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