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Iker Casillas coge el azadón y es un voluntario más en la extinción del incendio de Navalacruz

Apenas unas horas después de que se desatara el incendio en Navalacruz el pasado sábado, Iker Casillas mostraba su preocupación en su perfil de Instagram a través de dos imágenes en las que se podía ver al ganado frente a líneas de fuego, una de ellas, tomada por su prima, Elena Casillas. Pero fue este miércoles cuando el portero, que hasta entonces no se encontraba en la localidad, llegó a su pueblo para unirse a las labores de extinción de la zona que aún continúan y en la realización de cortafuegos. Ante las llamas, el exguardameta, de 40 años, ha asegurado sentirse “sin ningún miedo de ayudar”, ha mostrado su “dureza” y determinación frente al fuego y ha querido dar las gracias entre exclamaciones encadenadas a los más experimentados, quienes han supervisado a aquellos que, como él, no tenían “ni idea de coger un azadón”. Según la Junta de Castilla y León, el fuego, que ya está perimetrado y “prácticamente estabilizado”, ha afectado al menos a 12.000 hectáreas, aunque el sistema de vigilancia satelital Copernicus calcula que pueden haberse calcinado casi 23.000. El incendio ha sido calificado por la organización ecologista WWF como el cuarto peor incendio ocurrido en España y el gobierno regional asegura que ha sido el peor en la comunidad en 40 años.

El vínculo que el portero mantiene con la localidad abulense es muy estrecho, ya que es el pueblo de su padre y én ha pasado gran parte de su infancia, y por eso, no sorprende que en sus mensajes se refiera a los ciudadanos de Navalacruz como “amigos” y “familia”. Este mismo verano, el primero tras su separación de Sara Carbonero y retirado de los terrenos de juego, se le ha podido ver en varias ocasiones en la zona realizando deporte o disfrutando de la compañía de personas cercanas. El pasado 9 de agosto, por ejemplo, realizó una ruta de 74 kilómetros por el valle aledaño. Y la admiración es mutua. El cancerbero cuenta con monumento en el centro del pueblo, un monolito de piedra del que sobresalen unos guantes y una pelota, inaugurado el mismo día en el que le nombraron hijo predilecto, en agosto de 2010. Entonces, emocionado ante cientos de personas, agradeció que el municipio le hubiese “inculcado valores cuando era pequeñito”. “Me considero de Navalacruz, a pesar de no haber nacido aquí, pero sí mi familia”, dijo.

Casillas conversa en una calle de Navalacruz, el pasado miércoles. AA / GTRES

Además de juntarse a los vecinos en el intento de apagar las llamas, en las horas que lleva en la localidad, también se ha podido ver al deportista charlar con varias personas en la calle. A la ayuda prestada por el exmadridista se ha unido también la del restaurante Casillas, regentado por un familiar y que ha anunciado a través de redes sociales que ofrece comida y bebida gratis a quienes estén participando en las labores de extinción del fuego. Más en la distancia, Sara Carbonero ha querido también dar aliento al pueblo donde ha pasado veranos y navidades en familia, compartiendo en sus historias de Instagram una imagen de una columna de humo acompañada de la palabra “fuerza”. De hecho, Navalacruz fue el lugar al que Carbonero y Casillas decidieron retirarse junto a sus hijos, Martín y Lucas, en junio de 2019 para recuperarse de la operación de cáncer de ovarios, ella, y de corazón, él, después de que en menos de tres semanas el guardamenta sufriera un infarto y la periodista anunciara que padecía el tumor. La última vez que se pudo ver a Carbonero en Navalacruz fue en septiembre de 2020.




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