Cuco es un perrito criollo originario de Comitán, Chiapas, que llegó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 2020, con una caravana migrante que pasó por la Ciudad de México.
Originalmente se quedó frente al Hospital 25 del IMSS, en la Calzada Ignacio Zaragoza; la procesión siguió y él se quedó a apoyar a los vigilantes.
Sin embargo, las instalaciones fueron demolidas por haber registrado daños por el sismo de 2017, por lo que Cuco fue rescatado por los trabajadores del instituto, quienes finalmente lo adoptaron.
Jenaro Olguín, funcionario del IMSS, dijo que trabajadores hicieron una cooperación, que se aprovechó para adiestramiento y vacunas.
“El nombre de Cuco era el que originalmente venía desde la caravana, por eso se le mantuvo y se trató que fuera entrenado para detectar pacientes con COVID, pero lamentablemente por las características de raza, su olfato y la edad no se lo permitieron”.
Por este motivo, decidieron que la mejor opción era convertirlo en embajador de la donación de sangre.
En su primera temporada como embajador, Cuco logró con su carisma romper el récord de donaciones altruistas de sangre.
El IMSS informó que también ayuda a los policías en los rondines, elimina las plagas de ratas y convive con los pacientes.
Durante la pandemia, Cuco fue enviado a las zonas de espera de familiares, donde rápidamente se ganaba la confianza de las personas y les ayudaba a aliviar las duras noticias.
“Los familiares se relajaban, se les quitaba lo irritado, lo frustrado de ver al paciente, y luego cuando les avisaban a los familiares de los pacientes que los iban a intubar, lo acariciaban más”.
Hoy, a sus seis años de edad, goza de buena salud, el cariño de sus compañeros de trabajo y hasta tiene su “credencial” de empleado. El IMSS no informó cómo le pagan o qué retribución recibe.
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