Como dice Rowan Atkinson, el actor que encarna a Mr. Bean: “Mi pronóstico para mañana es que puede pasar cualquier cosa”. Y tiene toda la razón. La incertidumbre es el estado natural y permanente del ser humano. La buena noticia es que también es un estado favorable a nuestra prosperidad, ya que nos procura oportunidades inesperadas para el éxito. Piensa que si viviéramos en un mundo de total certeza y seguridad, no dejaríamos de ser esclavos de nuestro propio destino; y que la incertidumbre es la magia de la vida. ¿Acaso leerías siempre libros de los que conoces el final, o podrías amar a una persona cuyos gestos, palabras y comportamientos fueran en todo momento previsibles? ¡Eso sería como salir con la Siri del móvil!
A pesar de ser una fuente de libertad y de oportunidades, la incertidumbre nos da tanto miedo que, según un estudio de la Universidad de Maastricht, casi todo el mundo preferiría recibir una descarga eléctrica en este mismo momento antes que permanecer a la espera de una posible descarga futura que no saben si llegará o no. Esto es, duele más la incertidumbre que la descarga misma. ¿Cuál es la razón de que nos llevemos tan mal con ella?
Es una cuestión de neurociencia. Las palabras tienen una fuerza extraordinaria, pero no todas para bien. Y si la palabra incertidumbre nos noquea, a pesar de ser algo etéreo, es porque durante siglos nos han metido en la cabeza que era un hándicap para nuestra prosperidad, cuando en realidad es lo contrario. Habíamos llegado a convencernos de que era algo negativo, y por ello tratábamos a toda costa de eliminarla o evitarla. Dos pretensiones imposibles –ya que no podemos saberlo todo, ni controlarlo todo, ni hay un solo camino exento de incertidumbre–, que nos frustran, desesperan y bloquean.
Lo que hay que hacer es aceptarla y gestionarla para sacar provecho de sus tres manifestaciones: la inseguridad, el caos y el cambio, que paradójicamente son las tres vías más directas hacia el éxito. Por eso hace años me propuse recopilar recomendaciones de maestros y científicos de todos los tiempos que habían estudiado cómo aumentar nuestra tolerancia a la incertidumbre en campos tan diversos como el mercado de valores, la guerra o el tratamiento de enfermos terminales; y, combinándolas, di forma a un método para enfrentar cualquier situación de incertidumbre en la vida o en la empresa. Un método que solo podía llamarse Incertidumbre Positiva, ya que este es su principal atributo.
El método consta de siete pasos que incluyen sencillas herramientas para cada momento y situación, pero hoy quiero detenerme en el quinto, llamado Conserva la calma. El mundo siempre ha sido muy complejo, nunca hemos podido entenderlo todo ni controlarlo todo, pero desde el principio de los tiempos hemos fluido con ese caos hasta alcanzar cotas insospechadas de prosperidad. El problema, en crisis extremas como la actual, llega cuando el caos exterior nos genera ese otro caos interior que es el que realmente nos destruye. ¿Cómo conseguir que no generemos estrés de forma reactiva? Disponemos, por ejemplo, de los ejercicios que los enfermos terminales utilizan para gestionar sus inciertas circunstancias. Entre otros, algunos tan sencillos como vivir desde la gratitud los pequeños avances del día a día, en lugar de sufrir desde la frustración por todo aquello que queda por resolver; o practicar la terapia narrativa, reformulando la historia que nos contamos a nosotros mismos para saltar del drama y el pesimismo a la esperanza y la resiliencia.
Es curioso que podamos predecir el movimiento de un cometa para los próximos quince mil años, pero no podamos saber qué ocurrirá mañana con nuestra pareja, negocio o carrera profesional. Pero, hablando de cometas, ¿sabes lo que piensan las estrellas? Que los fugaces somos nosotros. ¿De verdad, en el breve espacio de tiempo que pasamos por aquí, preferirías encadenarte a vías muertas por miedo a lo que pueda o no pasar? Confío en que los siete pasos de la Incertidumbre Positiva te aporten un poco de luz en estos tiempos extraños, pero lo importante es saber que cada uno de nosotros somos la luz. Y que si bien no podemos predecir el futuro, somos capaces de crearlo.
Andrés Pascual es autor Incertidumbre Positiva: Convierte la inseguridad, el caos y el cambio en una vía al éxito (Espasa, 2020)
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