Los japoneses pueden definirse como esos ciudadanos que se superan cada día. La constancia y el trabajo duro de este país le ha aupado en lo más alto de la economía mundial gracias, en gran parte, a la tecnología. La constante innovación de sus productos se enmarca como uno de los pilares fundamentales de una sociedad acostumbrada al cambio. Por eso es uno de los únicos países capaz de crear cosas tan espectaculares como una lluvia de estrellas artificial. Parece una broma pero parece ser que este será el recibimiento que el país asiático dará a los Juegos Olímpicos de 2020. Increíble ¿verdad?
Controlar el firmamento
La lluvia de meteoros siempre ha sido uno de los fenómenos espaciales que más gustan entre los seres humanos. Un espectáculo natural digno de ver que puede apreciarse escasas veces en el cielo. Hasta ahora. La empresa japonesa Start-up se ha propuesto crear una lluvia de estrellas artificial para hacer aún más impresionante la inauguración de los Juego Olímpicos de Tokio. Una propuesta inverosímil que se basa en mandar a la atmósfera un satélite repleto de meteoritos artificiales con la finalidad de que creen ese efecto que tanto impresiona ver desde la Tierra.
Bajo el nombre de Sky Canvas, este espectáculo visual de precedente corre de ALE, una compañía de entretenimiento espacial que ha subido como la espuma en los últimos años. Las primeras pruebas de este original proyecto están fechadas para el año 2019 y consistirán en mandar un satélite cargado con 500 diminutas esferas de metal que se precipitarán sobre la superficie terrestre. La acción de la atmósfera hará que dichas esferas se quemen convirtiéndose en espectaculares luces brillantes sobre el firmamento.
Seguridad ante todo
Desde la compañía espacial han asegurado que este proceso no supondrá ningún tipo de peligro para los espectadores. La medición de las cantidades exactas está perfectamente controlada y desde la empresa afirman que estas pequeñas esferas se desintegrarán mucho antes de adentrarse en la superficie terrestre.
Cabe destacar que este proyecto es como una navaja de doble filo, ya que además del propósito de entretener a la población en una fecha tan señalada también tiene la misión de investigar. La base científica de esta lluvia de estrellas artificial radica en el comportamiento de los meteoritos como base para mejorar la construcción de satélites y naves espaciales. Todo un espectáculo con un propósito científico.
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