El 24 de marzo es el Día Mundial de la Tuberculosis. Esta enfermedad mata a 5.000 personas todos los días, y más de cuatro millones de afectados no están diagnosticados, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Además, se encuentra entre las 10 principales causas de mortalidad en el mundo. Por ello, hoy queremos hablar de qué es la tuberculosis, a qué afecta, cómo identificar y cómo tratarla.
La enfermedad está causa por la bacteria de Mycobacterium tuberculosis, casi siempre afecta a los pulmones y en la actualidad es curable. La enfermedad se transmite de persona a persona a través del aire. Esto ocurre cuando el enfermo de tuberculosis tose, estornuda o escupe. Con que otra persona respire los gérmenes ya es suficiente para el contagio.
Se calcula que una tercera parte de la población mundial tiene tuberculosis latente. Una persona infectada por el germen o bacilo tiene un 10 % de riesgo de enfermar a lo largo de su vida. Aunque este porcentaje aumenta si se trata de una persona inmunodeprimidas. Es decir, con VIH, desnutrición, diabetes o incluso los consumidores de tabaco.
¿Qué provoca la tuberculosis?
Los primeros síntomas son leves y pueden durar un par de meses. La persona experimenta tos, fiebre, sudores nocturnos o pérdida de peso, entre otros. Estos síntomas, al no ser nada tan radicales, pueden hacer que la persona enferma infecte a otras. Según la OMS, una persona con tuberculosis puede infectar a lo largo de un año entre 10 y 15 personas por contacto directo.
La tuberculosis se puede detectar en tan solo dos horas con la prueba rápida Xpert MTB/RIF que distribuye la OMS por más de 100 países. Junto con la prueba, también se muestra la resistencia de la persona a la rifampicina, el medicamento más importante contra esta enfermedad. A pesar de ello, esto es solo un diagnóstico inicial, las pruebas más avanzadas son caras y requieren de laboratorios.
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