Inma Cuesta se ha consolidado como una de las actrices más conocidas y populares de la historia del cine español. Su carrera está ligada a muchos títulos exitosos que han marcado un antes y un después en la gran pantalla, pero lo cierto es que, pese a sus esfuerzos de mantener su vida privada en un segundo plano, a lo largo de los años han salido a la luz ciertos detalles que han desvelado los asuntos más complicados de su faceta personal. Hace tan solo unos años, la intérprete se convirtió en objeto de titulares tras protagonizar un polémico reportaje fotográfico para la portada de la revista dominical El Periódico de Catalunya.
Aquellas imágenes recibieron un aluvión de críticas tras verse modificadas por un exceso de retoques y la propia actriz salió en su defensa al mostrarse completamente en contra de lo publicado: «Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal», escribía en su cuenta de Instagram por aquel entonces. Ahora, ocho años después, Inma Cuesta ha asistido como invitada al podcast El sentido de la birra, donde ha vuelto a hacer hincapié en cómo ha vivido ser un personaje público «involucrado» en esta distorsión de la realidad.
«Yo llevaba mucho tiempo, desde que empecé, que yo veía que retocaban las fotos y me ponían un brazo que no era mío… Pero tú estás empezando y piensas: ‘yo no sé si esto se lo hacen a todo el mundo’. No te gusta, pero tampoco entiendes», comienza a explicar. De acuerdo con sus propias palabras, llegó a sentirse mal porque pensaba que «tenía el brazo gordo y que por eso se lo ponían más fino». Con el paso del tiempo y las diferentes críticas que ha ido recibiendo, Inma ha querido siempre destacar que lo último que quiere es que la gente piense que ella ha sido partícipe de estos retoques. «No me parece honesto. Hay que ser consecuente con lo que uno es. Y yo quiero ser consecuente con lo que yo soy y la imagen que se da de mí. Y esta no es mi imagen, entonces no me gusta eso», manifestaba en el podcast mencionado.
Indagando más en el asunto, Inma se desnudaba ante los oyentes y contaba por primera vez el trastorno alimenticio que sufrió durante su adolescencia. «No lo he contado nunca, pero he tenido problemas de desorden alimenticio por las revistas que yo veía», confesaba. Explicaba que las mujeres que protagonizaban el contenido de dichas revistas «no tenían celulitis, eran delgadísimas y tenían una piel perfecta», y que eso le provocó tener que enfrentarse a una dura época que a día de hoy sigue recordando como muy complicada. «Encima luego creces, te dedicas a esto y te dan hasta en el carné de identidad», concluía.